El optimismo de María del Carmen Martínez Brezmes se transmite en esta séptima edición de la Feria de Artesanía y Manualidades, que, un año más, vuelve a coordinar para conseguir un amplio abanico de alternativas artísticas con sello zamorano reunidas en el claustro del Colegio Universitario.

-¿Cuáles son las principales novedades con las que se va a encontrar el visitante este año?

-Desde madera a material reciclado, incluso una exposición de acuarelas, un puesto de encuadernación, escultura, pintura en tela y seda o mandalas de estrellas. Lo cierto es que la variedad es la característica principal este año.

-¿Hay más artesanos que en años anteriores?

-Eso apenas ha cambiado, debido al espacio. Algunos se han quedado fuera, pero estamos 24 puestos, todos ellos de Zamora y la provincia.

-¿Qué caracteriza a los artesanos de Zamora?

-Nos unen la ilusión y las ganas de sacar un poco lo que llevamos dentro, de manifestar tu chispa de alma, cada uno con su material. Pero incluso con los mismos elementos, los trabajos son totalmente diferentes porque ahí es donde está el sello personal de cada uno.

-¿Es más complicado ser artesano en una provincia como Zamora?

-Nuestra zona no es muy agradecida con la artesanía. Aquí está muy bien asentada la cerámica y la alfarería, porque tenemos una tradición de muchos años pero al resto de las especialidades les cuesta más hacerse un hueco. Cualquier otro material, como la talla de madera o el cuero, aunque también sean tradicionales como la cerámica y la alfarería. Está claro que nuestra cultura es de barro.

-¿Vuelven a repetirse los talleres para niños?

-Es uno de los principales aliciente de la feria. Gracias a ellos, los padres pueden estar tranquilamente viendo la feria mientras sus hijos están entretenidos aprendiendo a reciclar o pintar.

-Eso convierte a la feria en algo más dinámico.

-Desde el principio, más que apostar por ellos los talleres han surgido de una forma totalmente altruista por parte de las personas que lo hacen. Y a mí, sinceramente, me ha emocionado un poco porque yo no tenía tiempo de ponerme a gestionar más cosas. De pronto, sobre todo las personas que venían por primera vez, me sugerían ofrecer un taller. Es algo que la gente ha regalado y a mí me ha gustado, sobre todo en esta época que las cosas están más ajustadas.

-¿La imaginación es una buena arma en estos tiempos?

-Siempre hay alternativas y posibilidades de dar, solo hay que planteárselo.

-¿Son las navidades la mejor época del año para esta feria?

-Por supuesto, porque en estos días se aprovecha a hacer las últimas compras de cara a Reyes. Además es una época en la que va a haber público seguro y una oportunidad para darte a conocer al público. Incluso ya hay gente que ya nos espera y eso también gusta. Hay clientes fieles, se va asentando la feria.

-¿La octava edición está asegurada?

-Esperemos que sí, mientras las instituciones nos sigan apoyando como hasta ahora. Desde la Diputación al Ayuntamiento o Caja Rural. Sin ellos no podríamos estar aquí.