Desafió la lluvia, transformó la fortaleza y exhibió potencial, creatividad y profesionalidad. La «Wedding Fashion Night Zamora» convirtió ayer el Castillo y sus jardines en un escenario mágico que revalida la capacidad de Zamora como destino de ceremonias.

Con invitación en mano como si de una boda real se tratara, cientos de zamoranos hacían cola ayer bien entrada la tarde para acceder al Castillo, una nueva fortaleza que cobijó una boda ficticia donde no faltó el «sí quiero», la marcha nupcial, el banquete correspondiente y hasta el maestro de ceremonias en la piel de Moncho Enríquez, de Baychimo Teatro. «El secreto para que las cosas salgan bien es soñarlas...», sugirió a dos parejas de novios que interpretaron un enlace matrimonial tras un desfile de moda nupcial y de fiesta. El barítono Luis Santana puso su voz al servicio de la celebración nupcial, donde también amenizó la velada un cuarteto de cuerda y una cuidada ambientación musical.

Pasear por la fortaleza se convirtió ayer en toda una experiencia para los sentidos gracias a la música, la ambientación, la decoración y la distribución de los espacios. Llamó la atención el particular «jardín secreto», donde varias maniquíes dejaron constancia de las posibilidades de vestuario de las que dispone en Zamora a través de varias de las mejores firmas de la ciudad.

Decoración, agencias de viaje, moda, imprentas, hoteles, estilismo, floristería, decoración... Todos los sectores involucrados en la organización de una boda tuvieron ayer su hueco distribuidos en los diferentes espacios de la fortaleza, que se adaptó como un guante a la iniciativa empresarial.

Tanto zamoranos de a pie como integrantes del sector empresarial estuvieron presentes en la «Wedding Fashion Night Zamora», donde cientos de personas que asistieron como público abarrotaron el Castillo hasta bien entrada la madrugada.

El duro trabajo de los empresarios movidos por el segundo pop-up de Castilla y León lució por cada recodo del Castillo sin excepción. La fortaleza contagió magia. Zamora brilló con luz propia.