«Supone una gran alegría que la Virgen de la Concha vuelva a San Antolín». «Los vecinos lo deseábamos y nos gustaría que se quedara en el barrio más de un mes», comenta María Aurora Núñez, quien reside en La Lana y que ayer se afanaba en decorar sus ventanas para dar la mejor bienvenida a la patrona de Zamora al tiempo que el presidente de la Cofradía de San Antolín, Florián Ferrero, añadía: «El retorno a este templo es una ilusión que compartimos tanto los cofrades como los vecinos y creo que muchos zamoranos».

La devoción existente en la ciudad por la Concha se palpaba minutos antes del inicio de la procesión en una iglesia de San Vicente llena de fieles que observan a la Virgen, que lucía un traje blanco con brocado dorado que donó la familia Matilla, la Medalla de Oro de la Ciudad, la original en su pecho, así como la nueva toca hecha en hilo de oro donada por los Luelmo Lies, un lazo de la cintura y en la mano, entregados para la ocasión por el área de Liturgia de la Cofradía en el afán de «recuperar aspectos tradicionales, dado que los portaba en una fotografía tomada en el año 1900».

Unas campanillas y el rezo de una oración por parte del capellán de la Cofradía, Plácido Isidro, supusieron la salida de la Virgen, iluminada con cuatro candelabros, que recibió una lluvia de pétalos en la plaza del Fresco.

La cruz guía y pendón de la Cofradía, llevado por un mayordomo y acompañado por compañeros de cargo, dieron paso a los representantes de cofradías de Semana Santa y de Gloria. Tras ellos directivos de la Concha, entre ellos su presidente que a la llegada de la Virgen a la Plaza Mayor pidió la incorporación de las autoridades civiles, con la Enseña Bermeja y con maceros, al cortejo lo que supuso el inicio del rosario, rezado cada misterio por el cantante Rogelio Cabado mientras que los comentarios los realizaba Juan Carlos Izquierdo.

La Virgen, precedida de cirios rojos de gran tamaño llevados por cofrades y escoltada por agentes de la Policía Municipal vestidos de gala, iba acompañada por numerosos sacerdotes, fieles y cofrades con velas hacia el barrio de La Lana. Al paso por la calle la Reina se sumaron al cortejo varias religiosas de las Siervas de San José, en San Esteban, integrantes de la Cofradía del Santo Entierro, y lo mismo hicieron monjas de La Milagrosa cuando la Concha pasó las inmediaciones de su centro educativo.

Tras recorrer las calles más tradicionales del barrio de La Lana adornadas con carteles del aniversario, matones y velas en balcones y ventanas, como sucedió en la calle Toral, la Virgen alcanzó la plaza de San Antolín, mientras que repicaban las campanas del templo homónimo y concluyó el rosario. Los presentes entonaron la Salve a la Señora y al tiempo que sonaba el himno de la Concha, tocado a órgano y dulzaina, la Virgen accedió al templo.

Por otro lado el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, bendecirá hoy a las 18.00 horas el nuevo altar de San Antolín y tras la eucaristía la Cofradía renovará su voto a la Virgen.