«¡Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura, ni utopía, sino justicia!». Las palabras de don Quijote de la Mancha a su escudero, reproducidas en uno de los carteles del Movimiento 15-M, resumen gráficamente el espíritu del centenar de zamoranos que se reunió ayer en la plaza de la Constitución para conmemorar el primer año de vida de su surgimiento tras la acampada espontánea en la plaza del Sol de Madrid. Una protesta que se contagió a l resto de España y a «UK, Italia, Grecia, Egipto, Tunisia, Islandia», rezaba otro eslogan ayer en Zamora. Antes de partir por la calle de Santa Clara hacia la plaza de La Marina, los congregados por el 15-M participaron en una asamblea en la que se criticó la reforma laboral «hecha por políticos en su parlamento democrático» que «significa el poder echarnos de los trabajos a coste cero», que «da la vuelta al derecho burgués del siglo XIX», en palabras de un joven parado. En el corro entorno al orador, ciudadanos de todas las edades escuchaban atentamente el discurso. Entre el público, dos jóvenes llegados de Fuentesaúco, Jaime Lanuza y Juan Sa, mostraban su deseo de conseguir «un Gobierno que gobierne con el pueblo, un cambio de arriba abajo del sistema», a decir del primero, «que los políticos sepan que queremos un sistema asambleario. Saben que la gente lo está pasando mal, pero se la trae al fresco, quieren continuismo y adoctrinamiento». El 15-M «es un aviso de que la gente quiere un cambio social. Esto es como un chispazo, pero los políticos volverán a llevar todo a su cauce», decía su amigo.

Toñi Torralbo se desplazó desde Fuentespreadas para apoyar «a la gente joven que se ha levantado contra este sistema, hay que dar caña al Gobierno y a los políticos que están gobernando sin tener en cuenta el bienestar del ciudadano». Otras cinco estudiantes subrayaban que «el problema es de todos, los partidos políticos nos están manipulando».