Durante mucho tiempo, las últimas dos décadas, la figura de Alberto Villacorta era sinónimo del barandales de la Semana Santa Zamorana, como antes había sucedido con otros personajes que también se hicieron ciertamente populares. Pero incluso antes de la desaparición del último gran barandales, ya se estaba gestando un movimiento en algunas cofradías tendente a buscar un protagonista propio para esta figura. La muerte de Alberto Villacorta ha profundizado esta singularización del barandales, hasta tal punto que en la pasada edición semanasantera han sido tres los protagonistas de abrir los desfiles con las esquilas: Nicanor Fernández, que ha salido en cuatro procesiones, Jesús Rodríguez Asensio, protagonista en tres más el traslado del Nazareno de San Frontis y Alfredo Toledo, hermano de la Tercera Caída que sale en esta procesión.

Jesús Rodríguez Asensio tiene 49 años y comenzó a salir como barandales hace cuatro años en la Real Cofradía del Santo Entierro. Y desde ahí ha dado el paso este año a los tres desfiles, incluyendo en traslado, relacionados con el Vía Crucis y la Esperanza. Así, abrió el fuego el jueves previo a la Pasión encabezando la procesión popular del traslado del Jesús del Vía Crucis, con sendas esquilas de cuatro kilos y medio; el Martes Santo salió con esta procesión y el Jueves con la Esperanza. Lleva dos esquilas que pesan cada una cuatro kilos y medio. ¿La principal dificultad es el ritmo?. «Bueno, lo fundamental es coger bien la campana, porque si no se te escurre. Esto es más importante incluso que el ritmo». Alfredo entrena por las zonas tranquilas en las proximidades de su barrio, del que también es vecino otro de los barandales de la Pasión, éste centrado en una sola cofradía, la del Lunes por la tarde. Alfredo Toledo, de 53 años, empezó en 2011 como barandales de la Tercera Caída. «Salí el año pasado por primera vez. Se lo había dicho años atrás a la directiva, me ofrecí a salir como barandales, porque siempre me había hecho mucha ilusión, desde pequeño. Y la ocasión llegó de un día para otro. El barandales, Alberto Villacorta, se había puesto malo el sábado, alguien se acordó de mi ofrecimiento y me llamaron. La primera vez que cogía las campanas era en la procesión del Lunes Santo y no sabía lo que iba a pasar». Hubo suerte, y hasta el traje le estaba bien. «Yo creo que lo que has visto y la ilusión te lleva a hacerlo bien. Es como cuando entré a cargar en un paso hace unos años, nunca lo había hecho, pero escuchas la música y te pones en marcha. Aquí pasó igual, superé el nerviosismo, salió bien, si hubiera habido que hacer más kilómetros me hubiera llevado la ilusión y ahora estoy encantado de ser el barandales del Lunes. Y ahora que lo he probado me gustaría salir en más procesiones». Alfredo está convencido de que, como él, hay mucha gente en Zamora dispuesta a ejercer de barandales, aunque no es fácil que esa ilusión se verbalice: «Yo lo he tenido muy callado, se reserva mucho, porque no quieres quitarle el puesto a nadie, pero sí quieres salir. Y creo que como yo puede haber más gente».

El más veterano de todos ellos es Nicanor Fernández, de 45 años, que se estrenó hace seis años con Nuestra Madre, cuando la directiva se planteó recuperar la figura del barandales propio. Luego fue a Nicanor al que recurrieron otras cofradías para suplir la ausencia de Alberto Villacorta. «Cada cofradía tiene sus campanas. Las de Nuestra Madre aparecieron en algún sitio junto con otros enseres». Nicanor se preparó a conciencia, y aprovechaba algunos ratos libres, sobre todo los fines de semana, para entrenar cerca de su casa, en el camino ribereño bajo el Puente de Hierro. «Tienes que llevar las campanas bien amarradas a las muñecas, para que el correaje no se te salga y llevar el ritmo. Pero también tienes que dejar un poco de margen para poder descansar en las paradas de las procesiones».

Asegura desconocer a ciencia cierta cuánto pesan las esquilas del barandales, aunque a ojo de buen cubero, calcula, «aproximadamente cinco kilos». El año pasado, a raíz de la enfermedad de Villacorta con Luz y Vida, otras cofradías «me llamaron deprisa y corriendo para que le sustituyese, y así surgió la cosa». Este año ha desfilado con Luz y Vida, la Borriquita, la Vera Cruz y Nuestra Madre, sin duda donde porta «el mejor traje. Está hecho a medida en Sevilla y Zamora».

«Con este año llevo ya seis saliendo en la Semana Santa zamorana»

<Nicanor Fernández >

Nuestra Madre

«Lo fundamental es coger bien la campana, porque si no se te escurre»

<Jesús Rodríguez Asensio >

Traslado del Nazareno

«Me hacía mucha ilusión desde pequeño, y de repente me llegó la oportunidad»

<Alfredo Toledo >

Jesús en su Tercera Caída