Apellidos como Petruczyniko o Zanadzka decoran la lista de alumnos del grado de Diseño de Interiores que se imparte en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de la capital. Y no se trata de una innovación artística. El centro cumple su tercer año inmerso en el programa de movilidad estudiantil Erasmus convertido en la Escuela que más alumnos envía y recibe de toda Castilla y León, solo por detrás del Conservatorio Superior de Música de Salamanca.

La experiencia: «muy buena. Tenemos 24 convenios en marcha y estamos trabajando para aumentarlos porque es una muy buena oportunidad para que los alumnos conozcan otros métodos de trabajo», se pronuncia Amparo Fernández, jefa de estudios de la Escuela.

Este curso ocho estudiantes de Lituania, Polonia y Rumanía han llegado a la capital bajo el programa Erasmus, mientras que desde Zamora han partido seis alumnos, dos con destino Oporto, Portugal, otros dos a Gante, Bélgica, uno a la ciudad suiza de Lugano y uno más ha viajado a Nantes, Francia, para completar allí un periodo de sus estudios superiores.

Seis meses han pasado en Zamora las polacas Barbara Zanadzka y Kamila Rybnik. Su estancia en la capital, por un semestre, ha llegado a su fin «¡y no nos queremos ir!», se expresan las estudiantes, que aseguran que «volveremos sin duda, porque nos encanta la ciudad, nos han tratado muy bien y hemos hecho buenos amigos en todo este tiempo», comentan.

El objetivo de las dos jóvenes, conocer otros métodos de trabajo y aprender un idioma, se ha cumplido con éxito. «Llegamos sabiendo cuatro palabras en español y ahora nos hacemos entender», bromean las estudiantes, que prefieren el método de estudios de la Escuela de la capital, «en Polonia los estudios de Diseño de Interiores se imparten en las Universidades Politécnicas, y se le da más importancia a las asignaturas como matemáticas o física. Preferimos la carrera aquí, tanto por los contenidos como por el contacto directo que hay con los profesores», aseguran las jóvenes, que valoran de forma muy positiva la motivación que los docentes trasmiten a sus alumnos. «Nunca nos dicen que no a ninguna idea o proyecto, en nuestra universidad cuando proponemos algo diferente nos lo quitan de la cabeza por difícil o irrealizable, aquí te ponen todas las facilidades para poder sacarlos adelante», subrayan.

El clima de España es una de las características que más atrae a los estudiantes, que viven estos fríos días como en su primavera. «En Polonia estaríamos a menos treinta grados, esto para nosotras es buen tiempo», aseguran.

Y mientras unos se van, otros llegan. Este semestre seis estudiantes procedentes de Lituania, Polonia y Rumanía cursarán en la capital Diseño de Interiores hasta fin de curso.

Liza Petruczynik y Dagmara Rapinczuk prefirieron Zamora a Barcelona para cursar sus estudios en España, «queríamos un sitio pequeño, no un lugar turístico en el que no acabas de integrarte», comentan las jóvenes, que consideran que «es muy importante conocer otras formas de aprender y aumentar el conocimiento de idiomas».

Una idea que comparten las lituanas Indre Petrulyte y Dovile Racinskaite, que apenas llevan una semana en la capital, «pero ya nos sentimos muy acogidas. La gente muy cálida, y la Escuela nos ha recibido de una manera que ni imaginamos y hasta nos están ayudando a instalarnos, estamos muy contentas de haber venido a Zamora», subrayan.

Otros acentos y diferentes formas de enfocar el diseño con un mismo objetivo: llevar el arte a todos los rincones. Desde Europa Central hasta España, con billete de vuelta.