El esfuerzo divulgativo de la Junta de Castilla y León que se plasma en las guías publicadas sobre diversas realidades de la provincia permite al ciudadano descubrir el impacto de la orden del Císter en Zamora, las características de la zona minera de Pino del Oro o, en este caso, los detalles de la romanización local. En «Yacimientos romanos en la provincia de Zamora», los expertos califican de «enorme» la influencia de la ocupación romana, una realidad desconocida prácticamente hasta los años setenta. Desde entonces, el esfuerzo de los científicos ha permitido aportar luz sobre un «complejo» panorama, describen Arturo Balado y Ana B. Martínez a modo de introducción.

Pese a la dificultad de dibujar un claro panorama del papel desempeñado por los romanos en Zamora, la guía se hace eco de los primeros estudios locales, que datan del siglo XVIII y se corresponden con los trabajos del clérigo José Manuel de Quirós. La identificación de estelas funerarias, monedas de la época y mosaicos dan una primera idea del paso del Imperio por la zona noroeste de la península.

Ya en el siglo XX, los estudios de Manuel Gómez Moreno en 1927 aclaran la situación, con «una obra de referencia todavía hoy», apuntan los expertos. Pero, sin duda, es en la década de los setenta cuando existe un «auge» de la actividad arqueológica que se concreta en las publicaciones que, desde 1973, firman los profesores Martín Valls y Delibes, y que contribuyen a dibujar el mapa de la romanización de Zamora.

Sólo quedaba por delante el esfuerzo de la Administración para terminar de identificar los múltiples yacimientos de restos romanos, protegerlos con infraestructuras adecuadas y ponerlos en valor para su posterior difusión. El último ejemplo, que tuvo lugar el pasado año, se refiere a las cisternas romanas del Teso de la Mora, en la localidad de Molacillos, protegidas y aptas para que los zamoranos puedan conocerlas.