Volverá a las calles de Zamora tras años solo visible en su convento donde las religiosas del Corpus Christi la custodian desde hace casi cuatrocientos. Y es que la Virgen del Tránsito procesionará mañana lunes de manera extraordinaria con motivo de la misa de envío, en la que el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, despide a los peregrinos que emprenden su viaje a Madrid para reunirse con el Papa.

Para la comunidad de clarisas la presencia de la Virgen en la eucaristía con los peregrinos «es un gran acontecimiento y nos sentimos honradas», señala la abadesa Mercedes González. «Ha sido un gran detalle que la Diócesis haya querido contar con la Virgen para un acontecimiento tan importante». La imagen únicamente abandona el convento en contadas ocasiones. La última correspondió al Rosario de la Aurora de 2000 «con motivo de la celebración de un Año Jubilar» y hace más de medio siglo que no deja su iglesia en su día Grande. «Ni tan siquiera la religiosa de mayor edad, que hace más de 50 años que procesó, lo recuerda», testimonia la superiora.

La salida de la Virgen implica un gran esfuerzo para la orden. Según explica la cabeza visible de la comunidad religiosa «notamos que vamos bajando en fuerzas, dado que somos doce hermanas de las cuales muchas son mayores». Para la ubicación de la imagen en el carro triunfante en el que desfilará «hemos contado con distintos colaboradores que nos han ayudado y apoyado de manera incondicional porque nosotras no hubiéramos podido situar a la Virgen, ni preparar todo». «Esta celebración nos supone un pequeño esfuerzo que hacemos con gran gusto» porque, añade, «cuando el obispo nos lo dijo no lo dudamos. La imagen, patrona de la Diócesis, es de todos». «Vamos a compartirla en su Día y la Virgen participará en una manifestación de fe muy intensa». La talla dormida desfilará más vertical que en anteriores ocasiones, debido a la ubicación de una serie de almohadas en color rojo y estrenará unas joyas donadas este año.

Pasadas las 9.30 horas está previsto que la Virgen traspase el dintel de la puerta de la iglesia conventual, que ha tenido que sufrir una modificación para permitir su salida. «Ese momento es el que más nos cuesta», atestigua la religiosa visiblemente emocionada. «Nos gustaría acompañarla, pero nosotras hacemos votos de clausura», una promesa que no romperán. «También ese sacrificio irá por la JMJ», precisa Mercedes González con las lágrimas a punto de brotarle, pero segura de que «los zamoranos la van a acompañar hasta la plaza de la Catedral porque es una Virgen que cada vez que sale a la calle, arrastra». «Se le tiene mucha devoción como se volverá a comprobar en la misa mayor del día 15 a las 12.00 horas y en la misa posterior de las 13.00 horas», certifica la monja de clausura que ejemplifica: «Muchas son las madres que vienen con sus hijos lo que hace que a los pequeños se les transmita el cariño y devoción por El Tránsito».

Respecto al acto ante la Catedral, apunta: «No hay diferencias de culturas, ni de idiomas? la fe nos une». «Estamos todos alrededor de la Madre y a Jesús y eso.. Nos une». La abadesa reconoce que las religiosas viven la llega del Papa «desde la oración y el sacrificio que es como podemos contribuir». «Es algo muy espiritual, muy íntimo y mucha alegría porque somos Iglesia», añade Sor María Jesús Calvo. En esta comunidad de vida contemplativa «nos sumaremos a las horas programadas para pedir» y «estaremos pegadas a la retransmisión», dice con una sonrisa la abadesa. «No podemos estar físicamente, pero espiritualmente lo apoyamos intensamente para que sea una Jornada con un gran derroche de gracias».