Orgullosa de sus raíces zamoranas, heredadas de su familia paterna, Florencia Calvo preside el Centro Zamorano de Buenos Aires, con la idea de adaptarlo a los nuevos tiempos sin perder su esencia.

-¿Cuáles son sus raíces zamoranas?

-Mi padre, Abelino Calvo Lorenzo, era zamorano, de San Cristóbal de Aliste. Vino a la Argentina siendo muy pequeño, en 1933 en compañía de sus padres, mis abuelos, Isidora y Ciriaco.

-¿Sigue conservando familia en esta tierra?

-Conservo en San Vitero un primo hermano de mi padre con quien continuamos teniendo contacto.

-¿Es importante para los socios del centro seguir recordando sus raíces?

-Es fundamental, aunque cuesta cada vez más porque la diversidad de ocupaciones y de actividades que existen hoy en día hacen que sea difícil, sobre todo para los más jóvenes encontrar un tiempo para esto. Además la gran cantidad de tecnología disponible hace que sea mucho más sencillo poseer un contacto directo con las raíces zamoranas, por ejemplo a través de Internet, correos electrónicos o chats. Esto hace que una de las funciones primeras de este tipo de instituciones quede un tanto relegada.

-¿Cómo se intenta fomentar este sentimiento desde el centro?

-A través de encuentros mensuales que pueden ser o banquetes de camaradería o encuentros culturales. Siempre poseen algún elemento relacionado con las tradiciones zamoranas, castellanas o españolas.

-¿Qué opina de los programas de Operación Raíces y Operación Añoranza que realiza desde Zamora la Diputación?

-Son importantes oportunidades para que gente que no ha podido retornar a sus pueblos lo haga y para que descendientes que muchas veces han crecido escuchando historias de estos lugares lejanos de donde vienen sus padres o sus abuelos tengan la posibilidad de conocerlos y de recuperar parte de su historia familiar.

-¿Se imaginaba que el centro iba a llegar a celebrar nada menos que 88 años de vida?

-La verdad que la historia del centro permite que uno piense que siempre se va a poder seguir celebrando sus años de vida. La pregunta es, sin embargo, si estos 88 años, o los próximos 90, o tal vez 100, van a encontrar a la institución cumpliendo las mismas funciones que cumplía hace 20 o 30 años. Creo que ese es el gran desafío, pensar nuevos modos de articulación entre nuestra casa y sus socios.

-¿Cuáles fueron los inicios del Centro Zamorano de Buenos Aires?

-Surge en 1923 con una intención solidaria, como es costear el entierro de un paisano sanabrés del pueblo de Murias. El grupo de comprovincianos decide entonces imprimir una hoja a manera de estatuto de lo que llamaron el Centro Noroeste Zamorano. El primero de junio de ese año se llama a una asamblea en la casa de Francisco Barrera, a la que concurren todos los que figuraban como socios fundadores. Como el nombre de Noroeste Zamorano no es del agrado de la mayoría, se le denomina Sociedad Sanabresa de Ayuda Mutua y Recreativa. Por otra parte, el 30 de agosto de 1953 se funda en Buenos Aires el Centro Fermosellano Cultural y Recreativo. Pero existe una inquietud entre sanabreses y fermosellanos, ya que oriundos ambos de la provincia de Zamora, no debían permanecer separados sino unir esfuerzos en pro de una mayor representación en estas tierras. Así, en 1956 tiene lugar la fusión del Centro Zamorano Sanabrés y el Centro Zamorano Fermosellano.

-¿Cuántos miembros tiene actualmente el centro?

-Posee alrededor de 500 socios, entre activos y adherentes.

-¿Se intentan mantener las tradiciones zamoranas en las actividades del centro?

-Sí, se intenta mantener estas tradiciones en la medida de lo posible. El centro posee un grupo de danzas zamoranas que realiza presentaciones dentro y fuera de la institución, un conjunto de teatro, «Raíces», que ofrece puestas de obras de autores argentinos y creaciones colectivas relacionadas con la historia de Zamora y con las tradiciones zamoranas, como «La bien cercada» o «Zamora, la castellana». También tenemos un coro que cuenta en su repertorio con algunas canciones tradicionales.

-Seguramente será sencillo conectar con los mayores, pero ¿cómo se conecta con los más jóvenes?

-Realmente no resulta del todo sencillo convocar gente joven por la innumerable oferta social, cultural u de entretenimiento en Buenos Aires, la lejanía de un sentido de pertenencia al lugar de los antepasados y la falta de tiempo, pero existe una subcomisión de jóvenes y hay jóvenes descendientes de zamoranos colaborando en ella.

Buenos Aires

Descendiente de un zamorano de la localidad de San Cristóbal de Aliste, quien emigró de pequeño con sus padres a Argentina, Florencia Calvo lleva vinculada al Centro Zamorano de Buenos Aires desde siempre, entrando en la comisión directiva en noviembre de 2007 como vocal. Cuando hubo un cambio de autoridades, dos años después, Calvo se integró en la nueva directiva como vicepresidenta. Fue en febrero de 2010 cuando, por razones estatutarias, asumió el cargo de presidenta, tras la muerte de Ángel Llamas. Desde entonces, dirige esta institución, que acaba de cumplir 88 años de vida.