La Audiencia Provincial acaba de motivar la existencia de una pequeña red de tráfico de mujeres extranjeras para obligarlas a prostituirse en el club el Montico, situado en San Román del Valle, actividad por la que impuso 53 años de prisión al propietario del establecimiento, a tres mujeres extranjeras acusadas de encargarse de captar a compatriotas y al hombre que acudía a recoger a las chicas al aeropuerto para traerlas a Zamora. Los magistrados dan por cierto los testimonios de las cinco mujeres que denunciaron que, cuando llegaban al club, se les retiraba el pasaporte y el dinero entregado para entrar en España y se les «obligaba a realizar trabajos sexuales, incluso si tenían la regla», «sin contraprestación económica, puesto que se quedaban íntegramente con el dinero», incluso en el transcurso del juicio una de las imputadas admite haberse apropiado del 50% de las ganancias de las mujeres, que trabajaban bajo «amenazas como que las cortaban la cabeza si no trabajaban». También «les cobraban multas si bajaban tarde» de las habitaciones para alternar. Asimismo, «no podían salir» y cuando lo hacían «una chica les vigilaba». El fallo indica que «se les impidió irse incluso si habían pagado lo que debían, pudiendo huir gracias a un amigo». Se hace referencia expresa a que la policía halló «bajo llave, los pasaportes y los cuadernos donde se apuntaban los pases» que la chicas realizaban con los clientes, «el número, tiempo y cobro de las relaciones sexuales». Asimismo, se recogieron «billetes europeos y extranjeros por valor de 75.000 euros» que el dueño dijo que eran «pagar créditos que no justificó». Los magistrados sustentan su condena, además, en la credibilidad, verosimilitud y falta de contradicciones en los testimonios de las cinco víctimas.

Oferta de trabajo para captar

Tres empleadas del club el Montico, de latinoamérica y países del Este, se encargaban de captar mujeres en sus países de origen con la promesa de que se les facilitaría un trabajo legal en España. Se les hacía llegar el billete de avión y dinero para entrar como turistas en el país.

Obligadas a prostituirse

Una vez recogidas por un taxista de Benavente en los aeropuertos y trasladadas a Zamora, se les retiraba el pasaporte y el dinero para retenerlas y obligarles a prostituirse en el local, bajo amenazas y vigilancia del dueño y las otras imputadas.