La investigación policial y judicial tampoco resolvió las dudas sobre si «las cuentas que hacían al final del día» las prostitutas con el dueño del local de alterne el Galeón o la encargada por él estaban relacionadas con «el pago del alojamiento y manutención en el club o con la deuda» que dos de las testigos protegidas afirmaron haber contraído con el propietario hasta devolver el dinero del viaje desde Paraguay a Zamora. En la sentencia de la Audiencia Provincial se advierte que «se desconoce no sólo la existencia de esa deuda, sino su cuantía», ya que algunas de las testigos «declararon» en el juicio que «el dinero del pase (servicios) y las copas» que tomaban con los clientes «era para ellas y si lo depositaban en la recepción» del local era «por seguridad y para que no desapareciera de sus habitaciones, pero que luego se lo devolvían con los descuentos correspondientes (del pago) del alojamiento».

En cuanto a la entrada en España, los magistrados de la Audiencia Provincial apuntan que «se produjo de forma legal, ya que se realizó por lugar hábil, donde es de presumir que se realiza el control correspondiente», máxime cuando después «no ha habido ningún control policial de seguimiento». El jefe del EMUME de la Guardia Civil confirmó en el juicio celebrado en mayo que «en varias ocasiones fueron al club pidiendo fichas y el libro de registro, entrevistándose con las chicas para ver si estaban forzadas o retenidas, amenazadas ellas o sus familias», lo que nunca manifestaron, mientras que confirmaron que «podían salir libremente del club y que no se ejercía violencia sobre ellas».