Dentro de las trece comunidades hebreas actuales, la de Madrid es la más cercana a Zamora dentro de nuestro país, en el que actualmente viven unos 30.000 judíos, una parte de ellos procedentes de Francia y de Latinoamérica. Sin embargo, hubo un tiempo en el que la presencia sefardí —los judíos que se afincaron en España— fue importante. La principal judería se situaba en los Barios Bajos, entre la plaza de Santa Lucía y la avenida del Mengue.

El profesor argentino Mario Sabán destaca el uso de la «Cueva Árabe», dedicada a bar de copas en los últimos años, como antigua bodega judía en la que se elaboraba vino casero. Sabán, prestigioso escritor judío y fundador de la red «Tarbut Sefarad», explica que la judería se extendió más allá de las murallas de la ciudad, superando la zona de San Martín. Los expertos hablan de una judería nueva, que habría tenido su núcleo de expansión en el barrio de La Lana, entre la ronda de la Feria y la calle Sancho IV, es decir, parte del barrio de La Lana.

Aunque no existe constancia arqueológica, los estudios hacen referencia a dos sinagogas en las que los sefardíes daban vida al culto religioso. Una de ellas estaría también en la actual plaza de Santa Lucía. La segunda, según los expertos, radicaba en la calle Moreno, comunicada con la actual Ramos Carrión a través de un arco. «Allí los judíos se beneficiaban del paso de los peregrinos que subían a Compostela por la Vía de la Plata», añade Sabán.

Por otro lado, algunas inscripciones demuestran una posible colaboración de los judíos en la construcción de la Muralla medieval. Asimismo, uno de los hechos más notables del influjo hebreo en la provincia tuvo lugar en 1312, cuando los obispos celebraron una reunión para dar cumplimiento a las disposiciones de Clemente V, conocido exterminador de los caballeros Templarios, que además dictó la eliminación de los privilegios de los habitantes judíos. Casi dos siglos más tarde, serían expulsados de todo el país por los Reyes Católicos.

Tras las dos juderías de Zamora, Toro es la localidad en la que mayor número de pobladores hebreos convivieron hasta la citada expulsión. Se estima que unos 30.000 surcaron la provincia camino de Portugal para dar cumplimiento al mandato de Fernando e Isabel.