Después de una jornada de observación y análisis de los antecedentes históricos de la comarca de Aliste y su vínculo con los expedicionarios zamoranos en el Nuevo Mundo, el escritor Javier Sierra concluyó que el hallazgo de Trabazos «es una historia que merece la pena» y apuntó la presencia de los franciscanos en la zona como una de las «claves» para certificar la veracidad del dibujo.

«Es necesario investigar la expansión de los franciscanos de Alcañices en la zona, porque las apariciones de la monja para evangelizar a los indios americanos fueron muy difundidas dentro de la orden de San Francisco en los siglos XVII y XVIII», explica el autor de «La Dama Azul». También le llama la atención al investigador la cercanía de Portugal, ya que fue precisamente un religioso luso, fray Alonso Benavides, quien dio fe por vez primera de las apariciones de la monja a los indios en Nuevo México.

Otro de los pilares para verificar la conexión del grabado radica en «la fábrica de la iglesia», cuyos libros, si se conservan, obran en poder de la archidiócesis de Santiago. «El estilo del artesonado no tiene nada que ver con el de la iglesia, y sería muy importante saber por quién fue donado», añade Sierra.