El cuadro «Pescados», un óleo sobre tabla de gran formato, temática singular y una amplia gama cromática, le ha valido a la joven zamorana Teresa Álvarez ser la única artista que ha vendido una obra pictórica en el Carrousel del Louvre, celebrado en París desde el jueves hasta el domingo.

La artista, que participaba por primera vez en la muestra parisina, desde la Ciudad de la Luz manifestaba ayer su alegría. «La única pieza pictórica vendida es la mía según me confirmaron desde la organización», atestigua todavía con sorpresa. Teresa Álvarez, que concurrió al Salón en la modalidad de creadores seleccionados por la organización, acudía consciente de que era la primera vez que exhibía su hacer con los pinceles en el extranjero, no aspiraba a obtener algunos de los galardones que otorgaba la Société Nacional de Beaux Arts y, mucho menos, a que su óleo fuera adquirido por un coleccionista.

La obra «ha sorprendido mucho, quizá tanto por el tema como por la forma de estar pintado». «Era bastante distinto», testimonia la autora que comenta que «Pescados» estaba situado al lado las obras de la delegación asiática, por lo que «muchos visitantes se detenían a verlo unos minutos». Tras miles de asistentes, lo que menos se esperaba la zamorana es que el último día un coleccionista parisino quisiera comprar su pieza. «Se acercaron unas personas a preguntarme las medidas, sus características y finalmente la adquirieron», explica en conversación telefónica. Su sorpresa fue mayúscula cuando supo que el comprador es «un coleccionista importante que forma parte de la aristocracia parisina y que ha seleccionado mi cuadro entre más de 800» propuestas. «Además se ha interesado por el resto de mi obra para adquirirme alguna pieza más», agrega la artista que reflexiona: «Recibir un premio es una gran satisfacción, aunque a veces se cuestione su objetividad, sin embargo al ser adquirida mi obra, sé realmente que ha gustado».

El paso por el Carrorusel del Louvre le ha deparado a Teresa Álvarez la oportunidad de dos exposiciones en Francia, una en una población cercana a Saint-Tropez durante todo el mes de julio, mientras que la segunda quincena de la misma mensualidad exhibirá también sus creaciones en Vitelle. «Todavía no sé lo que enviaré», menciona la pintora que tiene claro que al regresar a Zamora comenzará a trabajar intensamente en estos dos proyectos.

El Carrousel del Louvre ha reunido obras modernas de abstracción hasta figuración e hiperrealismo de autores de todo el mundo y ha despertado la curiosidad de una ingente cantidad de público. «Ha pasado muchísima gente muy entendida en Artes», señala Teresa Álvarez. «El día de la inauguración se acercó un público más erudito, pero el resto de las jornadas era gente, por lo general, muy normal pero muy preocupada por el Arte».

La licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, que el año pasado lanzó su propia colección de joyería, ha participado en el salón de la Société National de Beaux Arts en el Carrusel del Louvre tras haber remitido a la organización una serie de fotografías sobre sus últimas creaciones pictóricas. Una de ellas, inspirada en unos peces frescos que observó en un puesto del Mercado de Abastos de Zamora, le está abriendo nuevas perspectivas.