Al terminar un festival taurino, la primera conclusión debe ser si se han cumplido o no los objetivos marcados y, en este caso y pesar del frío de la jornada, creo que ha sido un éxito rotundo gracias a estos «locos» del mundo del toreo que rezuman corazón y solidaridad. Lo de menos es el número de orejas y sí su disposición y las ganas de torear y de que nadie le pise en su actuación.

Además, los toreros zamoranos se vieron arropados por matadores y compañeros de profesión que se prestaron a actuar desinteresadamente. Como siempre, detalles solidarios como el reconocimiento al torero salmantino Tomás Pallín, que después de una vida dedicada al toreo, se jubila y sus amigos y compañeros le premiaron con un detalle y le sacaron al final del festejo a hombros.

El torero de Guarrate, Javier Pascual, estuvo siempre en torero y en director de lidia prestando ayuda y colaboración a todos los actuantes. Con su enemigo toreó con gusto a la verónica y después de brindar la muerte del toro a su madre inició el trasteo por bajo para someter la incierta embestida de su oponente. Como por la izquierda el toro presentaba dificultades, casi toda su actuación la realizó sobre la mano derecha destacando series de gran calidad, con templanza y suavidad. Como además remató con una gran estocada, el premio fue el de una oreja y la petición de la segunda.

Gustavo Martín salió con ganas y nos recordó en algunos pasajes el pellizco que siempre tuvo como ese pase del desprecio o una serie muy templada con la derecha. Las dificultades de su novillo hicieron que no pudiera triunfar como él deseaba ya que había brindado a su familia y pretendió siempre el que nadie le superara.

A Antonio de Luisa le tocó lidiar con la más fea. Un novillo que no humillaba y que enseguida se aquerenció en terrenos de chiqueros. Dejó pequeñas pinceladas como una trincherilla llena de plasticidad. El fallo a espadas hizo que su premio se quedara en una gran ovación.

Vicente Carlos recibió a su novillo, el más bonito de toda la tarde y de mejores hechuras, con una serie de verónicas jaleadas por el público. En el trasteo de muleta se vio bastante agobiado por la repetición de su enemigo y apenas le dejó colocarse entre pase y pase. Su fallo a espadas tampoco le permitió cortar ningún trofeo.

Y como sucedió en la pasada edición, el aficionado práctico Manuel Alejandro ha sido uno de los triunfadores de la tarde. Desde que se abrió de capa, la claque que tenía en los tendidos se hizo presente y toda su actuación fue presidida por los aplausos y los olés. Brindó su faena a su mujer y, después de probar por la mano derecha, descubrió las bondades del añojo por el pitón izquierdo instrumentándole series muy buenas bajándole la mano. Pasado el atracón de la faena, se adornó con molinetes y ayudados por bajo llenos de torería. En esta ocasión, la espada le jugó una mala pasada ya que hasta el tercer intento no logró dejar una estocada que hizo doblar al enemigo. A pesar de ello, el público pidió con insistencia el trofeo que paseó entre el delirio de sus seguidores.

II Testival Taurino a beneficio de la Asociación contra el Cáncer de Zamora.

Muy pobre entrada en tarde fría y ventosa.

Cinco novillos de los Hmnos. Revesado Pernas, de Salamanca. Bien presentados.

Javier Gómez Pascual: oreja

Gustavo Martín: oreja

Antonio de Luisa: ovación.

Vicente Carlos: ovación.

Manuel Alejandre: oreja.

El subalterno Tomás Pallín recibió un recuerdo de sus compañeros por su último paseíllo.

Presenciaron el festejo matadores como Manolo Sánchez, Juan Antonio Siro, Juan Diego, Alberto Revesado, Santiago Hernández y Miguel Ángel Sánchez.

Amenizó el festejo la Banda de Música «Ciudad de Zamora».