Ellas, y ellos, los protagonistas, de punta en blanco. Un tanto nerviosos y emocionados, como los amigos y familiares, ante el acto simbólico que supone poner fin a la etapa de preparación universitaria que abre otras puertas, quién sabe si a un próspero futuro laboral. Los profesores, implicados también en la ceremonia, ya que algunos, elegidos por los estudiantes, actúan como padrinos. Y también presentes los presidentes de los colegios profesionales de las titulaciones que los tienen, que se acercaron para conocer a la savia nueva que ha de sucederles en el oficio e imponerles la insignia colegial, junto a la beca académica. El acto de graduación de la Escuela Politécnica Superior destilaba el mejor aroma de las ceremonias universitarias más añejas, a pesar de celebrarse en un Campus muy joven y a pesar de que el equipo rectoral de la Universidad de Salamanca dejó sola a la directora de la Escuela Politécnica Superior, Margarita Morán, como máxima autoridad del momento -excusaron, eso sí, su asistencia-. Pese a la ausencia de rector o vicerrectores, la ceremonia se celebró con toda brillantez.

En el estrado, colocados frente al público, los graduados: dos de Ingeniería Técnica en Informática de Gestión, tres en Ingeniería Técnica Agrícola, seis en Ingeniería Técnica Industrial, ocho en Ingeniería de Materiales, ocho en Ingeniería Técnica de Obras Públicas y veinte en Arquitectura Técnica. Las cifras de participantes en el acto de graduación no coincide con los componentes de las distintas promociones, ya que la participación en este acto es libre y cada cual, además, la cumple en el momento que considera más oportuno. Con 1.600 alumnos en las aulas, la Escuela Politécnica, explicó la directora, está ya lista para implantar este próximo curso los nuevos grados adaptados al Plan de Bolonia, excepto en Ingeniería de Materiales, un segundo ciclo que dispone de más tiempo. La avanzadilla fue el grado de ingeniería de edificación. El resto de los títulos ya están correctamente aprobados para su implantación.

Morán indicó que la Escuela está intentando promocionar especialmente dos títulos: Ingeniero Informático en Sistemas de Información e Ingeniería Agroalimentaria, donde se barrunta escasez de alumnos y quieren darse a conocer para atraer más demanda. Respecto a ésta última, la directora cree que «es una de las titulaciones más ligadas a nuestra economía. Lo relacionan mucho con el campo propiamente dicho, cuando el abanico es mucho más amplio, y está ligado al ámbito industrial del sector agroalimentario. Este tipo de técnicos cualificados vienen bien, además, para dinamizar el sector».

Otra novedad es el curso de adaptación que se prepara para que los titulados en Arquitectura Técnica opten al nuevo grado de Ingeniero de Edificación.