La sanidad regional está llevando a cabo experiencias piloto en algunos centros de salud para implantar la receta electrónica, un sistema que supondrá una ventaja sustancial sobre la actual modalidad de impresión en papel. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zamora, José Espinosa, cree que la receta electrónica es muy positiva pero reconoce que «no hay fechas» para su extensión a la provincia después de las pruebas piloto. Uno de los principales inconvenientes para la implantación de la modalidad es la falta de líneas ADSL en algunos puntos del medio rural, lo que impedirá a las farmacias y consultorios locales poder utilizar este tipo de recetas. No se ha hecho un estudio provincial, pero se sabe que en el conjunto de la Comunidad de 1.600 farmacias, 330 carecen de cobertura suficiente como para poder tener una conexión suficiente a internet. «Es el auténtico problema, porque en equipos de informática están el cien por cien preparadas y tan sólo haría falta añadir algún dispositivo», señala el presidente colegial.

Espinosa considera que la receta electrónica «es positiva para las farmacias, el paciente y el médico, porque le permite utilizar más tiempo de su consulta al enfermo, ya que disminuye trámites, por ejemplo, al evitar cumplimentar tratamientos prolongados».

Cree que el programa implantado por la Junta en los centros de salud, el «Medora», «funciona bastante bien. Ha habido algunos problemas iniciales, como en los dos centros de salud urbanos donde tenían el sistema anterior y han cambiado, pero hoy día como regla general funciona bastante bien». Aunque el «talón de Aquiles» está en la extensión de la banda ancha, el presidente de los farmacéuticos de Zamora cree que la implantación de la receta electrónica es factible, debido a que se ha hecho un gran trabajo previo: «Ha sido un acierto por parte de la Consejería hacer las cosas paso a paso». De hecho, en la actualidad los centros de salud tienen ya las bases informáticas para la dispensación de recetas, aunque estas se sigan imprimiendo en papel. «Toda bases de datos ya están preparadas, y eso es un paso de gigante». El problema «de ruralización en nuestra Comunidad es serio, y supone una dificultad añadida para todo lo que se pueda hacer», sentencia Espinosa.

El funcionamiento de la receta electrónica es sencillo. El paciente acude al médico, quien accede a la historia clínica informatizada incluida en el programa «Medora». Realiza el diagnóstico y establece el tratamiento para un periodo de tiempo determinado. Los tratamientos instaurados podrán ser agudos -corta duración- o crónicos -larga-, y todos quedarán registrados en el sistema de receta electrónica.

El médico emite la hoja de tratamiento y se la entrega al paciente. En ella figurarán todos los medicamentos o productos sanitarios prescritos, con su pauta de administración, el periodo de tiempo y aquellas otras recomendaciones de uso que el doctor considere oportunas.

A continuación el paciente acude a la oficina de farmacia con su tarjeta sanitaria. El farmacéutico pasa la tarjeta por un lector y accede al tratamiento, procediendo a dispensar los medicamentos prescritos para un periodo mínimo de 28 días. En caso de tratamientos crónicos, el paciente no tiene que pedir nueva cita en su centro de salud para nuevas recetas, sino que al pasar al menos 28 días o al estar próxima la finalización de los envases dispensados, acude de nuevo a la farmacia, donde le dispensarán medicamentos para un nuevo periodo. Sacyl cree que este sistema contribuirá a mejorar la calidad asistencial.