Como viene siendo habitual en los últimos años, el nutrido grupo de amigos de la ruta mirandesa se congregó hace unos días para recorrer los sesenta kilómetros de la calzada romana que une Zamora con la localidad portuguesa de Miranda do Douro. Tras un día de esfuerzo y, sobre todo, de compañerismo, en esta original y particular celebración del «Día de la Mirandesa», los integrantes de esta pequeña aventura, que empezó con seis amigos y a la que cada año se apuntan más aficionados, pudieron saborear, como premio final, un buen plato de bacalao en Miranda do Douro, tras completar el duro recorrido.