Una visita a diez parques infantiles de la capital —ubicados en distintas zonas y barrios— revela que los principales recomendaciones que incumplen con respecto de la normativa europea se refieren a la reducida distancia entre la zona de recreo y el tráfico rodado, la ausencia de vallado en todo el perímetro del recinto, barreras arquitectónicas que reducen la movilidad en el interior y la falta de atractivo de los juegos para los más pequeños, lastrados por la cada vez más común, molesta e incomprensible práctica de las pintadas. A estos problemas se une la ausencia de carteles informativos en la práctica totalidad de los parques para niños.

Las deficiencias citadas arrojan una realidad: las zonas de recreo infantil han mejorado en los últimos años, pero aún queda terreno para lograr una situación idónea. Lo marca la normativa europea «UNE-EN 1176 y 1177, que aglutina un buen número de requisitos que, en realidad, son recomendaciones. En España, sólo algunas comunidades como Andalucía o Galicia o ayuntamientos como el de Madrid cuentan con una ordenanza que obliga al necesario cumplimiento de sus distintos apartados.

Una segunda lectura. Los parques infantiles empeoran su calidad en la medida que se alejan del centro urbano. Asimismo, las zonas recién creadas o los parques infantiles que han sufrido una profunda reforma se adaptan en la mayor parte de su contenido a la normativa que llega de Europa. Los barrios se llevan la peor parte, sobre todo, por la ubicación de las zonas de recreo, en ocasiones difícil para el acceso de carricoches y personas con problemas de movilidad.

Entre los problemas con solución más complicada está la excesiva cercanía del área infantil al tráfico de vehículos. Sobra decir que la presencia de coches es siempre una amenaza para la seguridad de los más pequeños. En este sentido, parques como el de Hermanos Pinzón, Obispo Nieto o plaza de San José Obrero cuentan con una calzada mucho más cercana que la recomendada por la normativa, que es de unos treinta metros.

De ahí que lo más importante sea la presencia de un vallado en todo el perímetro, fabricado con materiales naturales, como la madera. Cierto es que, salvo en un caso, el requisito del material se cumple. En el debe, el parque de Hermanos Pinzón que cuenta con una barandilla metálica, tan poco recomendable como todos aquellos elementos que puedan conducir la electricidad.

De cualquier modo y aunque casi todas las zonas para niños cuentan con vallas, éstas deberían ubicarse en todo el perímetro para impedir la salida de los usuarios de menor edad a la calzada. En algunos casos, este aspecto se cumple, pero no en todos los analizados.

Otro aspecto importante, aunque no demasiado presente en los parques de la capital, tiene que ver con la movilidad. La normativa dice que han de evitarse escalones, bordillos o pavimentos inapropiados para sillas de ruedas. De entre los parques visitados, hay varios ejemplos que incumplen este apartado. Son los ubicados en la plaza de San José Obrero, residencial Parque Luz y barrio de Olivares. La presencia en el interior del recinto de bordillos y otros elementos como fuentes complican la vida normal de los niños y limitan su disfrute de la zona.

Aunque de menor relevancia, pero también llamativo, es el caso de la señalización, ausente en la mayor parte de las áreas de recreo visitadas. Los carteles informativos han de mostrar la edad para la que está recomendada la zona y otro tipo de datos como un teléfono para informar de desperfectos o la dirección del área de salud más cercanos para dar solución a aquellos pequeños que se puedan causar lesiones durante su tiempo dedicado a los juegos.

Buena limpieza

Claro, que no todo son debes. En el haber, lo más destacado es la sustitución de materiales metálicos por otros como la madera o el caucho, el estado general de aceptable limpieza de las zonas y la disposición de abundantes papeleras en la mayor parte de los ejemplos utilizados. Además, la distancia entre los distintos juegos —escasos en algunos ejemplos reales— no presenta problemas. Ejemplos notables son las áreas de recreo infantil de Las Viñas y del centro de la capital.

DATOS

* Lo mejor

La limpieza y los materiales empleados

Las zonas infantiles visitadas presentan un estado general de aceptable limpieza, con sus correspondientes papeleras. Los materiales de los juegos, en su mayor parte, son de madera, como marca la normativa.

* Lo peor

Las pintadas y la falta de atractivo

Más de la mitad de los parques analizados tiene problemas de atractivo. El gran enemigo son las pintadas y el desgaste de la pintura por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.

* Parques visitados

Calle (barrio): Hermanos Pinzón (Los Bloques). Miguel Unamuno (Las Viñas). Residencial Parque Luz (San José Obrero). Plaza San José Obrero (San José Obrero). Obispo Nieto (San Lázaro). Mediodía (Olivares). José Regojo (San Frontis). Arroyo Morisco (Pinilla). Eduardo Barrón (La Candelaria). Plaza de la Constitución (Centro).