Unos por sufrir una incapacidad y otros por dedicarse a su cuidado sin una remuneración. Entre unas cosas y otras, la dependencia deja fuera del mercado de trabajo a cerca de 20.000 zamoranos, según se desprende de un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros, Funcas, sobre la problemática de la dependencia en España. El informe incide en las consecuencias sobre el ámbito laboral de un fenómeno en auge, cuya magnitud es «considerable y creciente» en todo el país, con mayor incidencia en los territorios menos desarrollados, donde la dependencia tiene un «mayor peso relativo».

En Zamora se observa un importante incremento del 77% en tres años, entre 2005 y 2007, en el colectivo de inactivos por incapacidad permanente (clase principal), si bien ese porcentaje baja al 49% si se tiene en cuenta a aquellos que también tienen una incapacidad y edades de entre 16 y 64 años, pero que perciben una pensión de jubilación o prejubilación (clase secundaria). Por contra, en los últimos años ha decrecido el número de personas que se mantienen apartadas del mercado laboral por el cuidado de niños, adultos enfermos, discapacitados o mayores, o por tener otras responsabilidades familiares o personales, colectivo este último en el que se matiza que no está tan claro si esas otras responsabilidades incluyen situaciones de dependencia y en qué medida.

Las cerca de 20.000 personas apartadas directa o indirectamente del mundo laboral por situaciones de dependencia constituyen el 17,5% de los 114.140 efectivos en edad de trabajar de los que dispone la provincia. Un porcentaje considerable, que indica que uno de cada seis zamoranos de entre 16 y 64 años se mantiene al margen del mercado de trabajo por tener una incapacidad o por prestar cuidados a personas dependientes.

La dependencia afecta sobre todo a las personas mayores, pero el número de habitantes en esa situación sin llegar a la edad de la jubilación «no es despreciable». El estudio de Funcas, realizado con datos de la EPA, se hace eco del gran impacto de la dependencia en el mercado de trabajo. Además, y a nivel general, «el fuerte crecimiento de los incapacitados permanentes también permite anticipar que la intensidad del fenómeno aumentará en un futuro».

«Una gran parte de la población dependiente tiene edades que corresponden a la plenitud de la vida laboral de los individuos», con lo que la dependencia impide su contribución a la producción de bienes y servicios. Su cuidado se ha convertido tradicionalmente en un «freno» laboral para las mujeres, si bien en la actualidad se alza como un yacimiento de empleo, en un sector predominantemente femenino. También supone una oportunidad de empleo para los inmigrantes, especialmente para ellas.

En Zamora tres ocupados han de mantener a otros cuatro inactivos

Zamora es una de las doce provincias españolas donde los inactivos superan a los ocupados. Si en España la población inactiva mayor de 16 años es un 76% de la población ocupada, en Zamora ese porcentaje se eleva al 132%, con datos relativos al año 2007. Así las cosas, mientras a nivel nacional cuatro ocupados han de sostenerse a sí mismos y a tres personas inactivas, y eso sin considerar las necesidades de la población menor de 16 años, en la provincia sería de alguna manera a la inversa. Tres han de mantener a otras cuatro.

El estudio revela, además, la «desigualdad interprovincial», tras considerar la carga relativa de la población inactiva con incapacidad permanente sobre la capacidad productiva de cada territorio, aproximada a través de su población ocupada. El porcentaje medio nacional es del 7,3%, esto es que existen más de 13 ocupados por cada incapacitado permanente, cuando en Zamora esa relación es de nueve a uno. Un 10% sobre el total de ocupados son inactivos por incapacidad permanente, igual proporción a los que padecen una enfermedad o incapacidad propia.

Por otra parte, la dependencia «no es el principal motivo de inactividad» pero, a nivel nacional, genera un volumen de inactivos «cuya magnitud no se alejaría demasiado de la correspondiente a la población parada».