Es su primera exposición individual. Está ilusionada. María Oterino, zamorana de 1979, inauguró ayer su muestra, integrada por una treintena de pinturas y siete esculturas, en la sala de Caja Duero. El tiempo, que dibuja y forja trayectorias, perfilará si el color se impone al volumen. De momento, disfruta con la creación artística que se abre al conocimiento del público. El optimismo de los años le dice que la meta sólo se alcanza si se corre sin descanso, aunque con ritmo. Es constante en sus propósitos. Y se atreve, segura, con su autorretrato: «soy activa y animosa».

- Pintora y escultora. La primera, hiperrealista; la segunda, ¿de suave abstracción?

- Yo simplifico, pictóricamente, lo que percibo en la realidad. No lo copio según aparece a la vista. A lo mejor, en algún momento de mi vida, llego a la simplificación total. En la escultura, voy más lejos. Procuro, cada vez más, esencializar las cosas.

- Una pintura es la suma de muchas cosas, también de miradas.

- Quiero plasmar la realidad de una manera determinada. El espectador, después, puede tener un punto de vista distinto al mío. Todas las formas son válidas. No obstante, me gustaría que algunos artistas abstractos me dijeran qué han querido transmitir algunas veces en sus trabajos. Por ejemplo, en un lienzo en el que sólo han plasmado un círculo, un cuadrado o un punto.

- ¿Existe más verdad en la escultura que en la pintura?

- La escultura es, para mí, más creativa. Sin embargo, resulta más laboriosa, de mayor dedicación.

- ¿Llegará el momento de decantarse: lo uno o lo otro?

- Creo que continuaré con las dos actividades. Así le sucede a otras personas, con larga experiencia, que han compaginado, sin problema, la pintura y la escultura. También se da esa circunstancia en Zamora.

- En algunas de sus obras puede percibirse un componente idealista.

- Yo creo que ese aspecto, que existe, no es muy fuerte. Hay que estar aquí, en el mundo, y no vivir en las nubes.

- ¿La Plaza de los Pintores le ha enseñado lo que no aprendió en el bachillerato artístico y demás?

- En este mundo, siempre estás aprendiendo. Yo he adquirido conocimientos a través de los compañeros, pues ves cómo utilizan las técnicas. Así también se aprende? Si estás dispuesto, en todas partes.

- Para usted, sobre todo en una ciudad como Zamora, ¿son maestros todos los que pasan por maestros?

- No. Hay gente que ejerce como maestro, y después no sabe enseñar el arte. Y ése es un problema? También, sí, hay personas que pasan por maestros sin serlo.

- ¿Hay que defender la vocación contra viento y marea?

- Todos, en el comienzo, pensamos vivir del arte en el futuro. Sin embargo, ése es un proceso muy lento. Cosa de tiempo. Es algo que tengo asimilado.

- Defender la vocación... . ¿Se siente fuerte y animosa para ello?

- Sí, sí. Dispongo de un trabajo, que es el medio económico para vivir. En el futuro, eso sí, me gustaría vender mi obra y...

- Está comenzando. Artísticamente, está comenzando. Y, con la vista en lo cercano o en lo lejano, algo se propone.

- En principio, que mi obra sea conocida en Zamora. Después, me ilusionaría que mi trabajo se divulgase en otros ámbitos.

- Exponer también es exponerse. ¿Se halla preparada para todo, incluso para una acogida fría?

- Hay que aceptar las buenas y las malas críticas. Habrá gente que te diga "esto no me gusta". Y, en ese caso, yo le preguntaré por qué es así.