La crisis económica comenzará a pasar factura tras el verano y se evidenciará en una mayor demanda de alimentos por parte de las familias con menos recursos. «Ahora se mantiene el compás de espera por las vacaciones, pero con el cierre de inmobiliarias y la caída de la construcción habrá más gente sin trabajo», se expresa Francisco Díez, párroco de La Natividad y responsable del centro social que lleva el mismo nombre. El sacerdote señala que en la zona de Alviar, que comprende La Alberca, Villarina y Arenales, hay un buen porcentaje de gente que hasta ahora ha encontrado ocupación en la edificación de viviendas y que puede haberse visto ya afectada por el descenso en la oferta de empleo.

«Hasta septiembre y octubre no se notará la reducción de plantilla en el mercado laboral», augura el párroco, que atiende cada mes en el centro social de La Natividad a entre 50 y 60 familias necesitadas de ayuda para comer, que reciben algunos de los excedentes de la Unión Europea distribuidos previamente por el Banco de Alimentos a entre 30 y 40 entidades de corte social en Zamora.

La mayoría de las familias que cuentan con el apoyo del centro de La Natividad son de etnia gitana, mientras hay un reducido porcentaje de inmigrantes que requieren ayuda en Alviar. En esa zona no se prevén los problemas por el pago de hipotecas que se puedan augurar en el centro de la ciudad, apunta Díez, si bien se acusan dificultades para vivir el día a día.

El Banco de Alimentos ha repartido este año mayor número de alimentos que en el período anterior, si bien su presidente, Rogelio Conde, matiza que el incremento obedece a una mayor entrada de excedentes y que habrá que esperar a finales de septiembre para conocer, con datos, si se produce un aumento real de la demanda, como se ha augurado a raíz de la recesión económica.

Entre 7.000 y 8.000 personas se benefician habitualmente del Banco de Alimentos. Las peticiones llegan a esa Organización No Gubernamental a través de las distintas entidades que trabajan en la ayuda a los más necesitados, a través de las cuáles se evidencia la demanda de excedentes de la UE que hay en Zamora. Los colectivos deben precisar el número de personas que requieren esa atención y especificar, además, la cantidad de personas mayores, adultos y menores a los que van destinados los alimentos. El reparto ha sido objeto de variaciones de un año para otro. En 2007 se distribuyeron 230 toneladas de ayuda y este año las previsiones apuntan a un incremento hasta llegar a las 350, según los datos apuntados a comienzos de ejercicio. En su primer año de funcionamiento en Zamora, en 2006, el Banco de Alimentos repartió 190 toneladas.

Las existencias de esa organización proceden de dos vías. Por un lado, el Ministerio de Agricultura ha confiado a esa entidad sin ánimo de lucro la gestión y reparto de los excedentes de la Unión Europea que llegan a España. Por otra parte, el Banco recoge también alimentos donados, fundamentalmente por empresas y fábricas.

Además del reparto de alimentos previamente distribuidos por el Banco, las organizaciones benéficas prestan también otro tipo de ayudas. En el caso de La Natividad también se brinda apoyo ante una insuficiencia de medios para afrontar el pago de los recibos de la luz o del agua o sufragar determinados imprevistos a familias que no consiguen llegar a final de mes con las prestaciones o salarios que perciben.

El centro social de La Natividad recibió en noviembre del año pasado el Premio Atención a la Infancia por el servicio de guardería que presta en Alviar, a la que asiste una decena de pequeños de hasta tres años de edad. Entre su actividad destaca la oferta de cursos de garantía social desarrollados con fondos europeos en la rama de hostelería, con prácticas en restaurantes y bares de las que se beneficia una decena de chavales. Además, varias mujeres asisten a clases de alfabetización, sin olvidar las charlas formativas.