Los más pequeños se quedaron ayer boquiabiertos ante la presencia de Sus Majestades de Oriente en el barrio de Las Viñas. Antes de la hora de inicio de la Cabalgata por las calles de la capital, los Reyes Magos tuvieron tiempo de realizar una pequeña escapada a la Residencia San Alfonso, donde la Asociación de Vecinos de Las Viñas había organizado una fiesta, y donde una treintena de niños y niñas esperaba la mágica visita.

Melchor, Gaspar y Baltasar atendieron a cada uno de los pequeños antes de entregarles sus regalos, en los que previamente habían escrito sus nombres, para no confundir los presentes de los mayores con los de los pequeños, y viceversa. Camiones, coches de juguete, muñecas, ositos de peluche, juegos de preguntas, puzles... Los niños y niñas de entre dos y nueve años de familias asociadas al colectivo vecinal de Las Viñas disfrutaron de una tarde festiva en la que no faltó el chocolate con churros.

La visita de los Magos en la tarde del 5 de enero se ha convertido ya casi en cita obligatoria, que se ha repetido en los últimos cinco años.