El padrón de habitantes ratifica el buen momento que vive Morales del Vino, el pueblo que más ha engrosado su padrón en el último año, con nada menos que 141 personas, por encima de ciudades como Toro y Benavente, que avanzan en 71 y 69 inscritos, respectivamente, en una línea positiva que afecta a prácticamente todas las poblaciones mayores de mil habitantes en la provincia. Las últimas cifras oficiales de población, recientemente publicadas, arrojan sorpresas bastante notables, la mayor sin duda, la de la capital que tan solo incrementa en tres personas las que tenía empadronadas el año anterior y se sitúa en 66.138. Benavente sigue avanzando pero todavía le queda un trecho de 1.256 personas para conseguir el ansiado listón de los veinte mil, que le permitiría acceder a un nuevo estatus sobre todo frente a la Administración Regional. Toro, por su parte, tiene a su alcance a medio plazo lograr de nuevo superar los diez mil habitantes.

De seguir a este ritmo de pérdida de efectivos la provincia descenderá pronto, seguramente ya el año que viene, la barrera de los 197.000 habitantes, en una decadencia poblacional que no logra frenar la llegada de inmigrantes.

Entre los pueblos que logran incrementos de población más grandes están Casaseca de las Chanas, Coreses, Corrales, Ferreruela, Milles de la Polvorosa, Monfarracinos, Palacios del Pan, Palacios de Sanabria, Peleas de Abajo, Robleda-Cervantes, Trabazos, Villalpando o Villaralbo, además de los ya mencionados Morales del Vino, Toro y Benavente, únicas poblaciones que superan los dos mil habitantes.

Entre los municipios que continúan perdiendo población de forma destacada figuran, entre otros, Tábara, Carbajales de Alba, San Cristóbal de Entreviñas, Santibáñez de Vidriales o Fonfría, por citar algunos. En las zonas de Aliste y la Alta Sanabria predominan los pueblos con unos padrones más menguados.