El jefe del servicio de Urgencias del hospital Virgen de la Concha, Sebastián Martínez ha solicitado la presencia continua de un vigilante de seguridad y un mayor control de los accesos al recinto para evitar situaciones de riesgo como la protagonizada en la noche del pasado domingo por un paciente toxicómano que se coló hasta la sala de los médicos armado con una navaja. Martínez confirmó que en el servicio se detectan habitualmente problemas de insultos y en ocasiones de agresión. Los sucesos más graves se han denunciado por vía judicial y de hecho ya hay una condena por amenazas y hay otro caso pendiente de sentencia por otra agresión anterior. «El Sindicato Médico quiere hablar con el fiscal de Castilla y León para tipificar estos hechos como delitos, y que no queden en una falta leve», indicó el facultativo.

El hecho de que la de Urgencias sea la única entrada para todo el hospital a partir de las once de la noche propicia cierto grado de inseguridad, ya que favorece la posibilidad de que entren intrusos en el recinto e incluso los también relativamente frecuentes robos, tanto a personal y pacientes como de equipamiento del propio centro sanitario.

En el caso de los toxicómanos, el jefe de Urgencias señaló que están convenientemente tratados en los Centros de Atención de Drogodependientes, donde se les suministran las dosis de metadona necesarias. Por tanto, la administración de metadona «no es un tratamiento de urgencia. En caso de dársela nos convertiríamos en una especie de pastilleros».

El facultativo reconoce que en el servicio de Urgencias se producen situaciones de nerviosismo entre enfermos y familiares, «pero eso no justifica que se pueda ir pegando a la gente por ahí. Puede haber momentos de alta presión asistencial en la que es necesario clasificar a los pacientes, se atiende primero a los más graves y se deja para después a los que pueden esperar. Eso lo tienen que entender los usuarios». Martínez recordó que la mejor forma de expresar la disconformidad con la demora o el tratamiento médico es utilizar las hojas de reclamaciones «ya que no son papel mojado, todas ellas se contestan por parte del servicio de atención al usuario, que nos pide explicaciones de lo sucedido».

Actualmente existe un vigilante para todo el hospital Virgen de la Concha, que recorre todo el edificio con un busca para estar localizado en el momento que se requiere su presencia. Con respecto a la actuación de la Policía Nacional «muchas veces les llamas y no tienen efectivos o están en otro lugar y no acuden cuando consideramos que puede haber una situación de riesgo». En otras ocasiones la Policía lleva a Urgencias a enfermos que «encuentran en la calles, los traen y de alguna manera los dejan ahí y se van. Salvo que sea un paciente detenido, en cuyo caso sí les corresponde la custodia nos dejan indefensos. En este caso la verdad es que se les llamó y atendieron rápidamente el caso, aunque en otras hemos llamado y la demora ha sido importante. Hay un vacío ahí, no sé por qué causa, que habría que solucionar».

Martínez no descarta que los empleados del servicio de Urgencias convoquen algún tipo de movilización que sirva como expresión de rechazo contra la última agresión sufrida.

UGT reclama a la Subdelegación del Gobierno más presencia de la Policía Nacional

El responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Jerónimo Cantuche, indicó que van a reclamar a la Subdelegación del Gobierno un mayor control policial sobre determinados pacientes que se dejan en Urgencias y que son potencialmente conflictivos, con el fin de que los agentes permanezcan en el recinto mientras se les atiende.

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos, José María Rodríguez Vicente informó ayer que la entidad que representa no está «dispuesta a tolerar este tipo de comportamientos que atentan directamente contra la profesión médica» y de hecho la dispone de un servicio jurídico, a cargo del abogado Ignacio Fernández Doval, que ha ganado ya dos sentencias. El pasado septiembre el juzgado número 1 de Zamora condenó a un paciente como autor de una falta de coacciones contra una médico cuando pasaba consulta en Matilla La Seca. Otro paciente ha sido condenado por coacciones ocurridas en el consultorio de Valdescorriel, según la sentencia dictada en junio por el Juzgado de Villalpando.

Actualmente existen abiertas diligencias previas ante el Juzgado número 1 de Benavente por una agresión a un facultativo «en las que está personado el Colegio de Médicos, luchando para que este suceso sea calificado como delito de atentado a funcionario público, lo que conllevaría pena de prisión para el agresor».

Este sindicato, al igual que Comisiones Obreras, están intentando, a nivel regional, que Sacyl aborde de forma más decidida los casos de agresiones a sanitarios, sobre todo porque los casos más graves se dan en determinados servicios y centros perfectamente localizados en la Comunidad. De hecho el del pasado domingo es el segundo incidente grave que se registra en la sanidad zamorana en pocas semanas, después de las amenazas de muerte sufridas por un facultativo del centro de salud Parada del Molino, también protagonizadas por un toxicómano, que obligaron a colocar un vigilante de seguridad en el centro.

El Sindicato Médico está también desarrollando iniciativas a distintos niveles, desde la Administración sanitaria, a la Justicia, para intentar cortar las agresiones al personal sanitario. El gerente del Complejo Asistencial, por su parte, aparte de otras consideraciones, cree que el sector sanitario sufre unos malos modos que se dan también en la sociedad general, donde se han perdido las normas básicas del respeto.