José Luis Blanco, jefe de servicio de Otorrinolaringología, explica que la aplicación de las intervenciones con láser convierte al hospital Virgen de la Concha «en uno de los pioneros en este tipo de cirugía a nivel de Castilla y León». La incorporación de este tipo de operaciones se ha podido realizar gracias a la presencia en el equipo de tres doctores, Enrique Coscarón, Soledad Suárez y José Serradilla, que tenían experiencia previa en la técnica y han impulsado su puesta en práctica. Un segundo apoyo fundamental ha sido la sensibilidad de la Dirección y la Gerencia del hospital, que ha posibilitado la incorporación de la técnica «a pesar del elevado coste económico que tiene adquirir este tipo de material quirúrgico». Un tercer elemento ha sido la incorporación al proyecto del resto de los profesionales del servicio, que han realizado cursos de especialización en Barcelona para lograr que la aplicación del láser haya sido todo un éxito. De hecho, en las 27 operaciones realizadas hasta el momento no se ha registrado ni una sola complicación.

Por esta técnica se han operado 19 cordectomías láser simples o ampliadas (extirpación de las cuerdas vocales); dos laringectomías horizontales supraglóticas (extirpación de la laringe), una glosectomía parcial (extirpación de la lengua por una tumoración), una amigdalectomía ampliada por lesión cancerígena y tres uvugopalatofaringoplastias (que consiste en quitar parte del paladar) por diversas patologías, como apnea del sueño, además de de una codectomía láser bilateral (eliminar las dos cuerdas vocales).

«La principal utilidad es la cirugía oncológica, para tumores de vías aerodigestivas superiores, aunque también se puede usar en procedimientos quirúrgicos del oído, como resoluciones de cicatrices por infecciones previas o procedimientos por algunos tipos de sorderas», explica el doctor Coscarón. También se podría utilizar en lesiones faringeo laríngeas benignas o la cirugía del ronquido o de apnea obstructiva del sueño, e incluso para paliar déficits derivados de accidentes cerebrovasculares.

«El tipo de láser que nosotros usamos es de CO2, que produce una radiación infrarroja, es decir, no estamos radiando al paciente, con lo cual no se inducen tumores por el láser. Al pertenecer al espectro infrarrojo tiene una precisión exquisita, del rango de 0,2 milímetros, con una mínima afectación de los tejidos adyacentes porque toda la energía se pierde en cuanto se sale de la zona de acción, con lo cual no hay efectos colaterales», asegura Enrique Coscarón. «La energía del láser se transforma en energía térmica y apenas tiene dispersión». Esta cirugía ha posibilitado realizar intervenciones «con mucho menor riesgo para el paciente, porque todo este tipo de técnicas se hacen a través de los orificios naturales, con lo cual no hay que realizar incisiones para lograr accesos externos ni la traqueotomía necesaria para que la gente respire. Esto es muy importante porque permite eliminar montones de riesgo de infección o de hemorragia».

Además, se acorta significativamente el tiempo de estancia de paciente en el hospital. «En la mayoría de los casos en una cordectomía (eliminación de las cuerdas vocales) el paciente a las 24 ó 48 horas está en su casa. Hecho por vía externa, son catorce días de ingreso, por lo menos, con el añadido de un mayor riesgo de neumonías y hemorragias».

Evitar el trauma de la traquetomía, aunque sea temporal, es también importante, destaca José Luis Blanco.

El mayor coste económico inicial de este tipo de intervenciones se compensa rápidamente con un menor consumo de tiempo de quirófano y hospitalización del paciente. «Una cordectomía láser se hace en quince minutos de tiempo quirúrgico real, mientras por vía externa son aproximadamente dos horas y media», indica Coscarón.

Desde el punto de vista de las intervenciones de tumores la aplicación del láser facilita hacer «lo que se llama una cirugía funcional del órgano. Esto es, preservamos las funciones naturales, como poder hablar, poder tragar y poder respirar sin ayuda», consideran los especialistas en otorrinolaringología. La acción del láser es muy poco dolorosa y permite al afectado un menor tiempo de baja laboral. «Por este procedimiento una cordectomía pueden ser entre siete y quince días de baja, mientras que con la cirugía abierta prácticamente ese tiempo se va solamente en el ingreso».

Aunque es un avance importante, no vale para todo tipo de pacientes, ya que por ejemplo, no se utiliza «en los tumores extensos, sobre todo si sobrepasan las estructuras de la laringe». La anatomía del paciente es otro de los condicionantes para la utilización del láser: «Tiene que ser un tumor que se pueda exponer desde dentro de la boca. Lo que pasa es que también se han ido diseñando elementos que ahora nos permiten hacer accesibles tumores que antes no lo eran. Todo va mejorando». La ampliación del material «para poder disponer de las últimas cosas que han salido» también ha recibido el apoyo de la dirección: «En ese sentido los gestores sí nos han dado todas las facilidades y no nos han puesto ninguna pega, lo cual es de agradecer». En otras ocasiones, además de la actuación del láser sobre el tumor se requiere en algunos casos el complemento de otras intervenciones de cirugía de los ganglios o de otras zonas del cuerpo.

Premio regional

«Nosotros nos hemos formado en Salamanca», explica el doctor Coscarón. «Cuando se introdujo la técnica del láser en España mis maestros fueron a formarse a Barcelona. Ellos trajeron la técnica a Salamanca, muy ilusionados y yo tuve la suerte de formame con ellos. Digamos que pillé de primera mano el láser. El doctor Serradilla vino después, pero ambos coincidimos con el auténtico "boom" de la cirugía láser». Una técnica «que tiene ventajas por todos los lados». Posteriormente gran parte de los once otorrinos del servicio se han ido formando en la misma técnica para poderla poner en marcha. Precisamente el servicio recibió un premio regional por unas mejoras introducidas en la técnica láser en el Congreso de 2006.