La planta del convento de Santa Marina, en la actual plaza de Castilla y León, quedó totalmente al descubierto ayer, al culminar los trabajos de los arqueólogos encargados del seguimiento en las obras de urbanización en Santa Clara. Entre los últimos restos aparecidos se encuentran los muros de la que fuera huerta de las religiosas. La excavación de los cimientos suscitó ayer la curiosidad de los viandantes, muchos de los cuales todavía recordaban el derribo del edificio en 1975, cuando era Museo de Bellas Artes. Los trabajos arqueológicos han permitido documentar el edificio, del que apenas existían datos. Una vez concluida la tarea, las máquinas comenzarán a cubrir de nuevo los restos para proceder a la remodelación de la plaza, sobre la que se construirá una zona de juegos infantiles y de estancia, totalmente peatonal.