La “ Vergüenza de gobernantes que nos niegan si quiera el reconocimiento y el respeto”. El reproche lanzado por la Coordinadora Feminista de Zamora a las Cortes de Castilla y León por no iluminar su sede con el color violeta de la lucha contra la violencia de género abría anoche el acto en el que las mujeres zamoranas sacudieron las conciencias del medio millar de personas que secundaron su convocatoria en la Plaza Mayor.
Las feministas comenzaron su acto reivindicativo con una performance para poner cara a las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, representadas por varios montones de ropa tirada sobre el suelo que fueron recogiendo integrantes del colectivo para guardarlas en cestas de mimbre, con la enumeración de las víctimas mortales del machismo por su nombre “para que no seáis solo una cifra”.
En cada lugar que ocupaban esas ropas que simbolizaban las tumbas de las mujeres que perdieron la vida asesinadas por sus compañeros o excompañeros sentimentales, integrantes de la Coordinadora fueron depositando flores en su homenaje.
La escenificación dio paso a la palabra con el apoyo de pancartas portadas por mujeres jóvenes en las que se podía leer “estoy hasta el coño del patriarcado”, “lo contrario al feminismo es la igualdad” o “sin abolición no hay liberación”. Y la crítica porque la lucha institucional y social se la traguen noticias y estadísticas, convertidas después en “silencio y olvido” institucional y social. “Incluso, en negación por parte de los más desalmados, de quienes no quieren ver o, mejor dicho, de quienes lo quieren tapar”, indicó la portavoz de la Coordinadora.
El discurso reivindicativo giró la mirada al entorno de las mujeres asesinadas y maltratadas por sus parejas, “familias destrozadas, orfandad, ausencia y dolor, un dolor que nunca remite, un dolor perpetuo”. Y para las mujeres, “una profunda tristeza, una sensación terrible de desamparo, de injusticia, de falta de reparación, de vulneración sistemática de los derechos humanos de las mujeres”.
Abolición
La abolición de la prostitución destacó en el discurso reivindicativo, para vindicar a ”las invisibles, a las mujeres comerciadas como carne, compradas, violadas y abusadas porque carecen de recursos, y cayeron en manos de las mafias”.
La coordinadora quiso “gritar a quienes tendrían la obligación de salvaguardar nuestros derechos, que lo hagan. Que hagan algo que sea efectivo que de verdad nos proteja”. También quisieron lanzar un mensaje de optimismo a las mujeres que sufren “maltrato, golpes y humillaciones a diario para decirles que hay salida. Que no tengan miedo, somos muchas, estamos para ayudarlas”.
Sin olvidar a las víctimas de cualquier tipo de violencia sexual, “a todas las mujeres del mundo” y dar visibilidad “a las hermanas que tapan con velos y burkas para que desaparezcan”, la concentración feminista concluyó con una ovación cerrada tras un “¡Basta ya!”.
