La conferencia del doctor Ángel Sánchez Rodríguez, Catedrático de Medicina Interna de la Universidad de Salamanca, abrió este lunes las Jornadas Infosalud de la Fundación Científica Caja Rural de Zamora, organizadas por la Real Academia de Medicina de Salamanca. Si el doctor Sánchez ofreció una visión general sobre las enfermedades crónicas, a lo largo de la semana los ponentes hablarán (20.00 horas, Colegio Universitario) de la patología cardiaca, respiratoria y la medicación.
Las enfermedades crónicas son “un enorme problema desde el punto de visita social, económico y personal para los pacientes que las sufren” y suponen “el mayor desafío para el sistema sanitario”. Lo dijo el catedrático de Medicina Interna Ángel Sánchez, en las Jornadas Académicas de la Fundación Caja Rural de Zamora.
–¿Qué importancia tienen las enfermedades crónicas?
–Las enfermedades crónicas tienen una alta prevalencia en todas las edades, son incurables, degenerativas, causan incapacidad, favorecen la aparición de otras patologías, requieren una amplia estructura de apoyo y representan en las fases finales un enorme problema familiar, social, económico y tal vez político. Son el mayor desafío de los sistemas sanitarios modernos.
–¿Por qué?
–Porque para el sistema sanitario el coste económico es muy trascendente: supone al año entre el 6 y el 8% del PIB. La frecuencia de los pacientes que tienen un enfermedad crónica en las consultas es del 80% frente al 20% de las patologías agudas. El 52% de los pacientes con enfermedades crónicas acuden al hospital frente al 12% de los enfermos agudos. Y la estancia hospitalaria media de los pacientes con enfermedades crónicas que sufren una reagudización está entre los 10 y 15 días, frente a los 7-8 días de la de un cuadro agudo.
–¿Cuáles son las más frecuentes?
–Las enfermedades crónicas más frecuentes son las cardiovasculares, seguidas por las respiratorias crónicas, la enfermedad renal crónica, diabetes y enfermedades digestivas, fundamentalmente las hepáticas y pancreáticas. Luego existen multitud de procesos muy conocidos, que en el curso de su evolución también facilitan la enfermedad, como son la hipertensión arterial, el colesterol, la artrosis, la alergia, los dolores lumbares, eso que padecemos casi todos y que defino como procesos crónicos.
–¿Cómo se combaten?
–Hay que tener en cuenta el tipo de enfermedad, la edad, la supervivencia, los hábitos del paciente y su nivel de vida, los factores socio ambientales, los problemas asistenciales de los pacientes dependientes y no dependientes y luego qué prestan las unidades asistenciales, el sistema sanitario y cuáles son los avances tecnológicos. Si tratamos bien o manejamos sistemáticamente las enfermedades crónicas reducimos las consultas de asistencia primaria y hospitalarias, la frecuentación, los ingresos hospitalarios, el consumo de medicamentos, las enfermedades asociadas, la dependencia, la asistencia y el consumo de recursos que hace muchas veces insostenible cualquier sistema sanitario.
–Invertir en prevención y la atención primaria, básica, por tanto sale a cuenta.
–Todo lo que se pueda frenar en la prevención, el diagnóstico precoz y el manejo correcto de las enfermedades crónicas significa una disminución muy importante del gasto sanitario total y de las complicaciones para los enfermos que las sufren que son el elemento fundamental del sistema sanitario, centrado en mantener la salud y proteger al paciente enfermo.
–¿Las enfermedades crónicas son directamente proporcionales al envejecimiento?
–Esto está muy claro. La frecuencia de las enfermedades crónicas en España es de aproximadamente 22-24 millones de personas. El 54% de la población podemos decir que tiene una enfermedad o un proceso crónico prolongado. Pero cuando llegamos a la edad superior a los 65 años la prevalencia de los procesos crónicos llega hasta el 90%. Podría darle muchos más datos: aproximadamente el 50% de los hombres y el 60% de las mujeres mayores de 15 años tienen alguna enfermedad o problema de salud crónico. Todos los problemas de salud aumentan con la edad y siempre son superiores en la mujer que en el hombre.
Las enfermedades crónicas más frecuentes son las cardiovasculares, seguidas por las respiratorias crónicas, la enfermedad renal crónica, diabetes y enfermedades digestivas, fundamentalmente las hepáticas y pancreáticas.
–¿Se está abordando bien la enfermedad crónica desde el sistema sanitario?
–Tiene sus problemas. Yo ahí entro en presentarles un modelo sencillo, que no está implantado en todas las comunidades, que lleva a un análisis cuantitativo y cualitativo con profesionales y pacientes. Podemos hacer una especie de pirámide, en la base, el nivel 1, estarían los pacientes crónicos de bajo riesgo, en el 2 los de mayor riesgo y en la cúspide, nivel 3, los pacientes crónicos complejos o dependientes. La idea es el centro de salud como eje de atención del paciente crónico, el médico de Primaria como elemento fundamental de control de este tipo de pacientes, tener siempre un especialista integral de referencia.
–¿Por qué?
–Porque las enfermedades crónicas requieren un tratamiento integral. El paciente suele ser pluripatológico, tiene más de un problema y necesita a alguien que integre el tratamiento. Un cuarto elemento es el papel trascendental de Enfermería. Si en todos los centros de salud hubiera una enfermera de enlace que fuera capaz de coordinar los distintos elementos que tiene un paciente crónico las cosas irían muchísimo mejor. Y luego están los centros de referencia y las unidades crónicas continuas de soporte. Y a nivel de hospital está la hospitalización a domicilio, los hospitales de día, las unidades selectivas para pacientes crónicos, como la UCA (unidad continuada de asistencia), algún centro asociado para procesos crónicos y las unidades de procesos selectivos, como de hipertensión o de riesgo cardiovascular. Las cosas van progresando, pero ahí estamos.
