La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Luis Ramos de la Torre Ensayista

“Me interesa la poesía y los conceptos que conlleva detrás”

“Zamora es algo muy perenne en la manera de ver el paisaje del pintor José María Mezquita Gullón y Claudio Rodríguez

Luis Ramos con su último ensayo sobre Claudio Rodríguez. | J.L.F.

El filósofo, músico y escritor Luis Ramos de la Torre publica un nuevo ensayo sobre la creación poética de Claudio Rodríguez.

–¿Cómo surge este nuevo acercamiento a la poética de Claudio Rodríguez?

–La idea ha sido continuar el ensayo anterior, “El sacramento de la materia” publicado en Pi Ediciones en 2017. Allí de alguna manera recogía varios apartados de lo que entendía yo que era la importancia de la salvación y del canto como salvación en la obra de Claudio, atendiendo a su pensamiento poético-filosófico. En “Hacia lo verdadero (Cercanías a la vida y al arte en la poesía de Claudio Rodríguez)” se recogen diez artículos diferentes, algunos ya publicados en revista.

–¿Por qué diez?

–Me interesa mucho lo numérico y aposté por el diez por un decálogo que agrupe todo lo que hasta ahora a mí me ha parecido interesante. En el anterior ensayo no aparecía el concepto de vida que es crucial en él. De hecho, aparece el término en 120 ocasiones en los poemas de Claudio Rodríguez.

–¿Cuántos son inéditos?

–Cuatro completamente inéditos. Uno centrado en el arte y la vida en Baltasar Lobo y Claudio Rodríguez. Otro ahonda en las cercanías entre el paisaje, el impulso de la vida y del arte en José María Mezquita Gullón y Claudio Rodríguez, que tienen el común la naturaleza que vivieron. Otro aborda un aspecto crucial desde mi punto de vista que es el aparato fílmico de Aranoa en “Los lunes al sol “y la poesía de Claudio Rodríguez. De hecho en unas de las jornadas del Seminario Permanente vino Fernando León de Aranoa y contó que cuando estaban rodando le facilitó poemas de Claudio Rodríguez a los actores como aquel que contiene el verso “estamos en derrota nunca en doma”. Me interesa también la presencia del número tres y desde ahí analizo en “Los lunes al sol”. Analizo la presencia de este número y de las triadas en Claudio Rodríguez, que es bastante inmenso.

–¿Por qué?

– La dualidad es clave en nuestra cultura, pero siempre está, a mayores, el aspecto dialéctico de búsqueda de una salida en Claudio, como en Ortega.

–¿Y los restantes?

–Están complementados y actualizados porque la investigación siempre está abierta.

–¿Qué aporta de novedoso?

–Bastante. Veo ciertos conceptos de Ortega que pueden ser cercanos a la poética de Claudio Rodríguez porque, de alguna manera, han compartido un tiempo en la historia de la cultura española. Observo cierta cercanía en la poética de Claudio a Pedro Salinas y a Jorge Guillén que bebe en el pensamiento de Ortega, que es la cultura de entonces. Eso no quiere decir que Claudio escriba como Guillén, que explicaba la luz de Castilla de otra manera. El azul de Guillén no es el azul de cielo y del Duero de Rodríguez. La visión que aporto sobre la cercanía de Claudio como Lobo o Mezquita no se habían analizado.

La poesía de Claudio siempre busca la verdad, su “hacia”, su “desde”, es un camino hacia lo verdadero y va a hacia él a través del amor y de la alegría que da solidez a todo el pensamiento poético de Claudio

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–Esa cercanía ¿a qué se debe?

–Va más allá de su origen. En principio es una cercanía cultural por el momento en el que viven y luego por las lecturas que han llevado a cabo. La manera de ver el paisaje Mezquita Gullón es la misma que tiene Claudio Rodríguez porque Zamora es algo muy perenne en ambos. Baltasar Lobo y Claudio Rodríguez pudieron conocerse, pero su conexión es Ramón Abrantes, es el bastión intermedio entre lo que puede ser la poesía de Claudio y la obra de Lobo. Un ejemplo claro son las maternidades que influyen en Abrantes, que son claves en Lobo y la presencia de la madre es un pilar en la poética de Claudio. También remarco que la defensa de lo verdadero en Claudio. La poesía de Claudio siempre busca la verdad, su “hacia”, su “desde”, es un camino hacia lo verdadero y va a hacia él a través del amor y de la alegría que da solidez a todo el pensamiento poético de Claudio. A mí me interesa tanto su poesía como los conceptos que hay detrás de esa poesía.

–¿Cómo ha sido el alumbramiento de este ensayo?

–Ha sido largo, de dos años. Nos pilló la pandemia cuando estábamos haciendo las últimas correcciones. De hecho, Miguel Casaseca, que escribe el prólogo, lo data en junio de 2020 y yo lo hago en Bamba en el mes de octubre de 2020. Además, debo de decir que ve la luz en una editorial de Albacete, Chamán, que cuida mucho los detalles, como la portada que es una pintura de María José López Cerro a partir de una foto conocida que le hizo a Claudio Jesús Muñarriz.

–¿Qué le ha hecho volver a ir de la mano de Casaseca en este volumen?

–Él parte de la importancia de la escultura y la pintura en un poeta como Claudio y en otros y defiende que no es igual en otros que en Claudio. También ofrece un acercamiento al libro y los conceptos que se tratan. Él ya hizo el prólogo en mi anterior ensayo sobre Claudio y teníamos que seguir en este segundo. En las jornadas sobre el poeta, que tendrá lugar en el mes de noviembre, el ensayo estará presente cuando se hable de las novedades editoriales, pero lo presentó el próximo el jueves día 27 en la Biblioteca Pública a las 19.30 horas.

–La obra cuenta con un doble “in memoriam”.

–Sí a Clara Miranda, la viuda de Claudio, y a José Ignacio Primo por amigos y por ser ambos miembros del Seminario Permanente Claudio Rodríguez.

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