La Opinión de Zamora

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Un año de humedades en el Teatro Ramos Carrión de Zamora

Las salas polivalentes continúan desaprovechadas por una problemática que altera la actividad en el teatro

Uno de los últimos eventos celebrados en las salas polivalentes del Ramos Carrión. | Emilio Fraile

Las salas polivalentes del Teatro Ramos Carrión llevan ya un año en desuso por culpa de las humedades detectadas en estas estancias. El problema se ha enquistado y la Diputación sigue sin dar una solución, a pesar de que la avería está condicionando de manera evidente la actividad en el liceo provincial. Ya hace semanas que se presume que la única alternativa será ejecutar una obra de gran calado que obligaría a levantar la terraza de la instalación para proceder a un arreglo integral, dados los intentos fallidos de resolver la cuestión con medios de la casa.

Actividad condicionada

La idea lleva un tiempo sobre la mesa pero, mientras se concreta, la actividad continúa paralizada. Las lluvias de los últimos días han vuelto a evidenciar la necesidad de actuar, aunque no será fácil que este problema de humedades se resuelva a corto plazo. En primer lugar, porque aún no hay un diagnóstico oficial ni un proyecto encima de la mesa; y en segundo, porque parece improbable que se pueda acometer una acción de estas características en esta época del año.

Así, una vez transcurridos los meses más propicios para intervenir, esta problemática sigue alterando el día a día del teatro. Es cierto que la sala principal no se ve directamente dañada por las humedades, que afectan a unas estancias de menor tamaño de la planta baja, pero el liceo se ve privado de un recurso muy atractivo para la acogida de determinados eventos que, o bien buscan un complemento para desarrollar actividades secundarias en unas salas más ajustadas a esa actividad concreta, o bien prefieren huir directamente de la zona principal al carecer de capacidad para llenar un patio con unas 600 butacas.

El resultado del cierre de las salas polivalentes es, por tanto, el traslado de determinados eventos a otros lugares o la habilitación de la sala principal para congresos o actividades que, a veces, ni siquiera logran llenar el 10% del aforo. Además, en el horizonte próximo aparece ya la adjudicación del nuevo contrato para la gestión del Teatro Ramos Carrión, un trámite que debería estar resuelto y que, en todo caso, no tendría que demorarse más allá del año 2023, según los plazos que maneja la Diputación.

De hecho, el equipo de Gobierno recibirá en estos días los pliegos encargados a una empresa externa para poder iniciar el proceso de licitación. Lo hará desde la certeza de que las humedades de las salas polivalentes podrían suponer “una hipoteca para la gestión”, habida cuenta del perjuicio que supondría para las empresas el carecer de este recurso para rentabilizar la actividad de la instalación. De momento, los plazos corren y el tiempo pasa sin que la avería, que ya dura un año, se resuelva.

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