La concatenación de incendios que durante los últimos meses sufre la provincia de Zamora ha puesto sobre la mesa las reivindicaciones de los trabajadores dedicados a la extinción de incendios forestales, reivindicaciones que duran ya varios años. El sector, aseguran desde los sindicatos, se encuentra entre los más precarizados de la comunidad autónoma, con sueldos bajos y con una peligrosidad laboral más que elevada.
José Ramón Jiménez, de la sección de Servicios Públicos del sindicato Comisiones Obreras, asegura que los trabajadores públicos que dependen directamente de la Junta de Castilla y León se encuentran “en clara situación de precariedad”. Y da datos. Por lo que refiere, por ejemplo, a un manguerista (colectivo que está en el centro del foco de atención por la muerte de Daniel Gullón, que desempeñaba estas funciones), las cifras son las siguientes: salario base de 908,23 euros, complemento de 135, plus de 131, complemento de nocturnidad de 55 euros y de atención continuada durante los fines de semana de 49. En total, 1.278,23 euros brutos. Cuando se descuentan las retenciones de IRPF o Seguridad Social el salario neto se queda en poco más de 1.000 euros.
Una categoría superior es la de conductores de autobombas, que tienen un salario bruto mensual de 1.167 euros, un complemento de 303, un plus de 153 e idénticas sumas de nocturnidad y fines de semana que los peones. 1.727 euros brutos.
Trabajadores, asegura Jiménez, mal pagados y que son despedidos durante gran parte del año. La plantilla contratada directamente por la Junta de Castilla y León, que es básicamente la que compone las unidades de extinción llamadas “Charlies”, está formada en su inmensa mayoría por trabajadores fijos discontinuos contratados por cuatro meses y medio, seis o nueve meses, dependiendo de cada cual. Mientras no están contratados, recuerdan desde Comisiones Obreras, no cobran nada.
Se trata de efectivos peor remunerados que los de otras comunidades autónomas vecinas. En Extremadura los sueldos base son incluso más bajos, pero los complementos elevan la remuneración total a una cifra superior a la de Castilla y León. En Castilla-La Mancha los sueldos son también más elevados. Un conductor, por ejemplo, gana unos cien euros más que en Castilla y León solo en lo relativo a sueldo base.
Talher, una de las empresas que presta el servicio, es propiedad de Florentino Pérez
Esta situación laboral es la de los empleados públicos, los contratados directamente por la Consejería de Medio Ambiente. Pero en Castilla y León muchos de los servicios forestales están externalizados y dependen de terceras empresas. Si las “Charlies” son 100% públicas, explican desde el sindicato Comisiones Obreras, otras unidades como las “Romeo” forman parte del equipo de trabajo de empresas que tienen contratado el servicio. Las ELIF (Unidades Helitransportadas de la Junta) y las BRIF (las helitransportadas del Ministerio) trabajan en su mayoría para la empresa pública Tragsa. Muchas Romeo, en cambio, reciben la nómina de la empresa Talher, que forma parte del Grupo ACS (propiedad del conocido empresario Florentino Pérez). Talher es, desde hace años, beneficiaria del operativo externalizado de protección de incendios de la Junta de Castilla y León.
Los trabajadores de estas empresas, apostilla José Ramón Jiménez, tienen sueldos que están referenciados al Convenio de Trabajadores Forestales. Las tablas salariales se han actualizado recientemente, pero dan para lo que dan. Así, un peón cobra un salario de 34,73 euros diarios brutos (1.041,91 mensuales), un plus de transporte de tres euros, uno de peligrosidad y otro de nocturnidad, si procede, de dos euros cada uno; y otro más de disponibilidad de tres euros. Echando cuentas, un peón que haya trabajado en estos incendios, de noche y en día en que estuviera en situación de disponibilidad, ha cobrado 44,73 euros brutos por su jornada. Es complicado calcular el sueldo mensual, que se queda por debajo de los 1.100 euros brutos. Muy cerca del Salario Mínimo Interprofesional.
