“Somos 2.000 cofrades y no podemos meternos todos en el interior de la Catedral de Zamora tal y como están las cosas”. Así de taxativo se muestra el presidente de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, Emilio Ferrero, que precisa que este Martes Santo la pandemia obliga a modificar la salida de los y las cofrades. En vez de acceder todos al interior de la seo, los hermanos deberán aguardar en los jardines de Castillo, rebautizados como Baltasar Lobo el pasado verano, tal y como hacen los hermanos del Silencio.
La cofradía transita por calles muy estrechas del casco antiguo antes de alcanzar el Puente de Piedra, por lo que, en estos momentos, la directiva está estudiando qué itinerario realizar, una vez que Sanidad ha recomendado que los desfiles procesionales tengan lugar por calles anchas. Entre las alternativas posibles figuran encarar la cuesta de la puerta del Obispo hacia la avenida de Vigo o bien la plaza de Antonio del Águila, hacia la de Fray Diego de Deza rumbo a la cuesta del Pizarro, “Tenemos que pensar en lo mejor para los cofrades y para los hermanos de paso. Salimos por devoción, pero hay que primar la seguridad”, enfatiza Emilio Ferrero.
Por otro lado, las imágenes del Nazareno y la Esperanza lucirán restauradas el Martes Santo. La intervención en las imágenes “urgía” puntualiza Ferrero, quien describe que “ambas necesitaban limpieza y existían ciertas deficiencias que había que subsanar”. Las mejoras harán, por ejemplo, que la imagen que hiciera Víctor de los Ríos “esté más bonita porque va a recuperar la policromía antigua que era un poco más clara o luzca más pestañas”. El encargado de poner a punto las imágenes es Juan Carlos Álvarez, gracias al convenio que la Junta pro Semana Santa de Zamora tiene con el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Las actuaciones rondan los 6.000 euros, sufragados a la mitad por la Junta de Cofradías y la otra mitad, por la entidad dependiente de la administración regional.
En cuanto a la mejora del manto de la Esperanza, la restauración “avanza a buen ritmo”. Vía Crucis y Esperanza han sumado fuerzas porque el terciopelo del manto de la Virgen estaba muy ajado. Sobre una nueva superficie la empresa leonesa Labanda Urbano está situando los bordados y estrellas que identifican a la prenda.
