Jaime Nava llegó a la élite del rugby, siendo incluso el capitán de la Selección Española. En los últimos años se ha dado a conocer públicamente tras su paso por el programa culinario de TVE MasterChef celebrity 3 y por su papel en series, como “La unidad” o “La casa de papel”. El próximo sábado, día 18, será uno de los ponentes del congreso motivacional “Ahora ilusión”.

–Usted se ha dedicado profesionalmente al deporte gran parte de su vida y lo dejó estando en la élite.

–Yo decidí retirarme de competir al máximo nivel y del profesionalismo porque consideraba que había llegado el momento de emprender un nuevo camino y de dedicarme a otras cosas. Sentía que necesitaba cerrar esta etapa y la cerraba siendo consciente de que podía competir al máximo nivel, por lo menos en España, que quizá podría prolongar mi carrera uno o dos años más en la Selección Española. Tenía 36 años y me veía en la necesidad de empezar a prestar atención a proyecto paralelos que había emprendido, como la agencia de comunicación All&Go que fundé en 2017. Además, me apetecía iniciar una carrera como actor, de hecho, había empezado a formarme en una escuela meses antes de retirarme. No obstante, era consciente de que no había cumplido uno de mis máximos sueños deportivos, haber llevado a la Selección Española de rugby al Mundial de Japón de 2019. Aún así se abrió un periodo de gran incertidumbre. Suplir la ausencia de la competición no es fácil.

–Esta etapa, ¿fue una adaptación paulatina o bien un precipicio?

–Depende de cómo lo enfoques. Se convierte en precipito cuando la ley del deporte te dice que ya no eres apto. En esta situación, un deportista pasa de 100 a 0 en cuestión de días. La transición también depende de cómo la vayas preparando. Con 32 años, compitiendo en Francia, comencé a hacer muchas preguntas sobre mi futuro. Creo que en mi caso la transición ha sido buena, aunque tuve miedos.

Jaime Nava cuando era capitán de la Selección de rugby. EFE JAVIER ALBISU

–En su día a día, ¿qué le ha reportado el deporte en equipo?

–El deporte te aporta muchas cosas, sobre todo, el aprender a valorar todo lo que se puede llegar a hacer en compañía de otras personas. También te da una base de códigos y valores que están al alza. Te aporta disciplina, organización, el convertirte en una persona entusiasta que sabe marcarse objetivos para poder cumplirlos. Todo eso me ha dado el rugby.

–Una de las cosas que diferencia este deporte de otros es el tercer tiempo. Los jugadores son rivales en el campo, pero luego amigos.

–Todo forma parte de una competición que se acaba cuando el árbitro pita el final.

–Sin embargo, en la vida las rivalidades no desaparecen. Los valores que aporta su deporte colisionan con la realidad de la sociedad.

–Evidentemente en la sociedad hay personas de todo tipo, que se rigen por valores muy diferentes No estamos exentos de las fricciones. A mí me gusta diferenciar el rival y enemigo. El rival es alguien momentáneo con el cual estás compitiendo, mientras que el enemigo es alguien con el que la situación no tiene solución.

Hay que ser valiente para defender tu manera de pensar, tu idiosincrasia y los valores por los que tu te riges.

–¿Hay que ser aguerrido para llevar los valores del deporte a la vida?

–Hay que ser valiente para defender tu manera de pensar y tu idiosincrasia y defender los valores por los que tu te riges. Esta defensa no siempre es fácil porque vivimos en un mundo muy cínico y competitivo, donde todo parece que tiene que ser enfrentamiento en vez de colectividad. Vivimos en la era de la individualidad, en la era de destacar por encima del resto y de hacer ver que todo te va fantásticamente.

–Cuando la realidad es que, a veces, uno se cae...

–Una de las cosas buenas del deporte profesional reside en que tienes que reiniciarte constantemente en muchos aspectos. Cuando compites, ganas o pierdes y tienes que pasar a lo siguiente. El fracaso depende mucho de cómo lo enfoques, yo lo veo como una oportunidad de desarrollo. Soy un optimista y entusiasta, aunque también tengo mis momentos. Estoy recién salido del deporte profesional, en medio de una reconversión profesional y en medio de una crisis económica y con lo que está cayendo…

El conferenciante Jaime Nava Rodrigo Jiménez

–¿Cómo lo está enfocando?

–A veces no de una manera muy positiva. Me estoy desarrollando en áreas muy distintas y en ellas dependo de mi trabajo y de mi esfuerzo, pero en mi faceta artística también dependo de que guste a otras personas. Esto no me condiciona y no me cambia, pero entiendo que resulta complicado ser positivo.

–Usted viene a Zamora dentro del congreso “Ahora ilusión” .

–Voy de la mano de mi querido Miguel (de Lucas). La ponencia se llama “Valor para tener valores”, pero yo quiero apelar a la ilusión y al positivismo, apelar a esa ilusión entendida como optimismo. Ahora toca intentar ser más optimista que nunca, ahora que parece que salimos de esta pesadilla.

–¿Es de los que cree que la pandemia nos hará ser mejores?

–Creo que hará mejores a algunos y a otros horribles porque somos distintos. Hará mejores a los que realmente quieran. En mi caso creo que será positivo porque le estoy poniendo mucho esfuerzo, aunque no hay ningún atisbo de que lo que haga a corto plazo sea un éxito. Cometo fallos y los cometeré, pero vivir consiste en eso. Cuando te llega el éxito en algo es debido a ese ensayo error y a tener la capacidad de ser analítico y ser autocrítico, lo que nos cuesta mucho.

Cometo fallos y los cometeré, pero vivir consiste en eso

–¿Cómo llega a dar charlas motivacionales?

–Me llega cuando, como capitán de la Selección Española de rugby, tengo que afrontar momentos complicados con personas con las que tengo una conexión emocional. Unos vídeos míos tuvieron mucha repercusión y empezamos a trabajar con el ámbito de las empresas. El rugby es un deporte emergente, en pleno desarrollo, que guarda relación con el mundo de las empresas. Es un deporte de contacto con cierta violencia controlada, si lo llevas al contexto de rivalidad, pero con unos códigos de respeto mutuo, de humildad... Todo eso, suprimiendo la violencia controlada, son mensajes que las empresas tienen más en cuenta actualmente, pues viven una revisión de los valores y propósitos corporativos.