Zamora también sufre las consecuencias de la crisis climática. Esta frase parece obvia en un contexto en el que todo el planeta se enfrenta al riesgo cierto que implica esta emergencia, pero las jornadas de cooperación transfronteriza sobre la materia que comenzaron este miércoles en el Campus Viriato sirvieron, entre otras cosas, para concretar esos peligros: “Las olas de calor cada vez más persistentes y el régimen de precipitaciones escasas están empezando a resultar preocupantes. Cuando se juntan ambas cosas, la vegetación se hace más frágil y los incendios son más agresivos”, explicó, antes del acto, el director de Programas de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, Jesús Díez.

El responsable autonómico, que condujo el arranque de las jornadas, centró ese riesgo especialmente en la zona de la frontera con Portugal, correspondiente con el oeste de la provincia. Aquí, el marco geográfico y el clima convierten al territorio en un lugar “mucho más vulnerable a los incrementos de temperatura y a la ausencia de precipitaciones que se están observando en todo el planeta”.

El problema ya está encima, pero todavía se puede actuar: “Cuanto antes transformemos nuestros territorios y los hagamos más resilientes y adaptativos a ese cambio climático, mucho mejor para la población y la economía”, destacó Díez, que abogó por intervenir para “minimizar los efectos”.

Aquí el representante de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León puso el foco en la economía circular: “El 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero dependen directamente de la forma en la que producimos y consumimos bienes y alimentos”, alertó Jesús Díez. Y apostilló: “Hay que transformar el modelo, y estamos ante un momento crítico; importantísimo para todos”.

La economía circular aparece como una “posible solución”

La primera de las jornadas organizadas en el Campus Viriato, que tendrá continuidad el miércoles 10 de noviembre con una nueva sesión, sirvió para abordar la importancia de la economía circular en el contexto de los territorios de frontera. En ese marco, la directora de servicios para el desarrollo de la región Centro de Portugal, Alexandra Rodrigues, subrayó que ese modelo “puede ser una posible solución para las alteraciones climáticas”.

Rodrigues incidió en la importancia de concienciar a la población de su capacidad para tomar medidas en el día a día: “Muchas personas piensan que la economía circular es solo reciclar, pero ese es el último recurso; antes hay que reutilizar, evitar los plásticos y los bienes desechables, y tratar de reparar las cosas”, apuntó la representante lusa, presente en la cita gracias a la colaboración del programa Interreg.

Ante este escenario, la responsable portuguesa remarcó que la sociedad, y especialmente los jóvenes, “tienen que estar alerta, porque los negocios van a cambiar”, y auguró un futuro con más economía local y unos circuitos cortos de distribución: “La carga de CO2 que traen consigo los transportes que vienen de fuera, sobre todo del extranjero, es enorme; ese cambio ha de hacerse”, concluyó.