Historia, monumentos, románico, gastronomía e incluso los ingenios hidráulicos de las Aceñas. Todos estos ingredientes, de los que la ciudad de Zamora anda sobrado, se están explotando con mayor o menor fortuna de cara no sólo a atraer al turista, sino también de conseguir una ciudad más agradable para el lugareño.

El concejal del Turismo Christoph Strieder ha tenido una idea más para incorporar un nuevo elemento a estos atractivos de la ciudad, la fauna del río, muy abundante sobre todo en aves en las que muchas veces nos fijamos poco pero que tienen un importantísimo valor medio ambiental. Y la mejor forma de ver las aves a una distancia que permita observar sus detalles de cerca es colocar unos prismáticos en puntos estratégicos.

Y eso es precisamente lo que se ha hecho, poner un punto de observación con unos de estos prismáticos en mitad del Puente de Piedra, con lo cual se tiene una vista magnífica de todo el cauce del río, sus riberas e incluso el perfil monumental de la ciudad, y otro en las Aceñas de Olivares, en una zona rica asimismo tanto en atractivos monumentales como en fauna y flora. En este punto, además, se ha optado por prismáticos dobles, uno de ellos a menor altura para colocarlo a una cota más adecuada para su uso por niños o personas que vayan en silla de ruedas.

El pajareo urbano

El proyecto se ha podido acometer gracias a que se ha accedido a una partida de dinero europeo del disponible para la promoción de las rutas ornitológicas, acogido concretamente al proyecto Flumen Durius. “Hemos puesto los prismáticos en el Puente de Piedra y Olivares porque son los lugares más adecuados para la observación. Desde este último se puede ver toda la zona de las azudas y el tramo de río en dirección al Puente de los Poetas. Y desde el Puente de Piedra se tiene también una visión privilegiada de la ciudad, las aceñas y la isla donde sobre todo en primavera anidan los pájaros”.

La idea, reconoce, el concejal, no es original suya, sino que se ha fijado en lo que se está haciendo por Europa. “La observación de las aves en ciudad, conocida como “Urban birding”, que podría traducirse como pajareo urbano es una línea que ha funcionado muy bien” tanto con las visitas guiadas como con los turistas individualmente considerados, que con sus prismáticos se dedican a ver los pájaros.

Y el potencial de la ribera urbana del Duero, muy poco urbanizada, es enorme, debido a la gran cantidad de especies que viven en ese tramo de río, que está literalmente pegado a la ciudad, aunque mantiene casi intacta su naturaleza.

El pajareo urbano

“Diría que es una situación muy interesante. Tu puedes tener la Catedral de Zamora , visitarla y después bajas por la Puerta del Obispo hasta Olivares o Valorio, zonas que tienen realmente una riqueza de pájaros espectacular, excepcional. Hay que pensar también en otros animales, como los galápagos del Duero, e incluso en las mariposas, que son también muy interesantes para la observación”, explica Strieder. “De esa manera puedes unir dos actividades turísticas de patrimonio histórico cultural y después bajas al río andando, sin necesidad de otro medio de transporte, para ver la fauna y la flora”.

Efectivamente son numerosas las especies de aves y otro tipo de fauna que anidan en torno al tramo urbano del Duero, como reflejan los blogs de naturalistas como Alfredo Hernández o el “De paseo por la naturaleza”, donde se puede encontrar descrito todo el catálogo que ofrece la naturaleza en la propia ciudad de Zamora.

Alfredo Hernández es el autor de la guía “Zamora. Aves y Naturaleza”, editada por el Ayuntamiento y que contiene varias rutas urbanas con una exhaustiva explicación de las especies de aves urbanas. Estas rutas son las auténticas pioneras del pajareo urbano por la ciudad de Zamora desde el año 2017.