Numerosas y reiteradas han sido las advertencias que la patronal zamorana ha lanzado a lo largo de los últimos meses en relación con el tarifazo eléctrico. Por eso, poco o nada puede sorprender el desenlace, que no es otro que el de la repercusión de ese incremento de los gastos en el precio final de los productos en el mercado. Una inflación que se ha gestado durante todo el verano y que ha visto la luz ahora, con la llegada del otoño, en el momento en que el empresariado ha dicho basta. Si los costes son cada vez mayores, consideran que debe serlo también el producto o el servicio que se presta. Y, para muestra, el último dato del IPC en Zamora: un aumento generalizado de los precios del 0,5%, espoleado en buena medida por esta sostenida subida de la luz.

Leche Gaza mantiene su cuota eléctrica gracias a un acuerdo anual, aunque teme que la situación dé la vuelta con la llegada del nuevo año. | LOZ

Zamora, tierra de boyante industria agroalimentaria, está sufriendo como nadie las consecuencias del incremento de la tarifa eléctrica en sus empresas más punteras. No en vano, las instalaciones obligan y es imposible recortar en, por ejemplo, cámaras frigoríficas. “Ahora mismo, la subida de la luz representa el doble del recibo del año pasado”, reconoce Mario Oliveira, director comercial y propietario, junto con su hermano Enrique Oliveira, de Moralejo Selección. En esta cárnica de ovino, el recibo se está notando de manera bidireccional. Por una parte, lo que representa pagar la propia subida; y, por la otra, el cargo que ya están realizando al respecto los proveedores de materiales, quienes también están sufriendo esta situación.

El tarifazo eléctrico lleva al límite los costes de la industria agroalimentaria

Y es que, tanto para las grandes como para las pequeñas empresas, resulta cada vez más complicado prestar el mismo servicio o vender un producto al mismo precio que hace seis meses sin tener en cuenta que todo alrededor se ha encarecido durante ese tiempo. Los piensos para alimentar al ganado han subido, como también lo han hecho el plástico y el cartón para envasar. Los materiales, en general, ya son más caros que antes de la escalada eléctrica. Por lo tanto, parece que todo aboca hacia la misma solución de cara al mercado. “La subida de precios ya es una realidad en todos los sectores y en todos los puntos de la cadena; al final, todo el mundo tiene que repercutir ese aumento”, dice Oliveira.

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Leche Gaza, otro de los gigantes zamoranos de la industria, reconoce haber esquivado esta bala, de momento, gracias a haber negociado en enero de 2021 un precio fijo para todo el año. No obstante, su gerente, Ignacio Quintanilla, no es ajeno a la situación y sus futuras implicaciones. “Si las cosas no cambian, en enero de 2022 tendremos que hacer frente también a ese incremento de los costes energéticos, calculamos que en torno a un 10% de añadido”, explica a este diario.

En anteriores ocasiones, la patronal zamorana ya había alertado de lo insostenible de la situación para las grandes empresas de la provincia en el caso de que la subida del recibo de la luz fuera continuada en el tiempo. Y es que, a juzgar por los últimos datos, que colocan el kilovatio hora al borde de los 300 euros, la situación está demasiado lejos de mejorar, por lo que la industria zamorana seguirá sufriendo las consecuencias de esta agresiva subida de a luz.