Las cooperativas de crédito se han convertido en un elemento de sostenimiento de territorios de la España Vaciada que, como la provincia de Zamora, carecen de recursos financieros ante la disminución del número de entidades y la concentración del negocio. Aisladas de las turbulencias del mercado de la pasada crisis debido a su prudencia a la hora de invertir y a una clara vocación territorial y de proximidad con el entorno, lo que ha permitido que su cuota de mercado crezca en este tipo de lugares. Así lo explican los investigadores Marcos Carchano Alcaraz, Inmaculada Carrasco Monteagudo y Francisco Soler Tormo, de las universidades de Valencia y Castilla-La Mancha, quienes han llevado a cabo un estudio tomando como referencia a los territorios despoblados y la evolución del cooperativismo financiero desde la crisis económica de 2008.

Uno de los datos arrojados por esta investigación es que, en la provincia de Zamora, entre los años 2008 y 2018, las cooperativas de crédito ganaron un 13% de cuota de mercado respecto al crédito bancario total. Según estas mismas cifras, el sistema cooperativista, que en esta provincia lo encarna principalmente Caja Rural, tendría ahora mismo un 39% de la cuota total bancaria, lo que habla de su importancia y su calado entre la ciudadanía. Tal y como defienden los investigadores, en España “se evidencia el mayor peso de las cooperativas de crédito en aquellas regiones donde la densidad de población es menor, es decir, donde los procesos de despoblación generalmente son más intensos”.

La hipótesis de este estudio parte de que en las provincias de la España Vaciada, como Zamora, la existencia de entidades crediticias del tercer sector, con clara vocación territorial, “ha contribuido a generar capital social y a mitigar el retroceso del crédito que se ha puesto de manifiesto con la gran recesión”, puesto que, “en España, las cooperativas se han mantenido relativamente al margen de las mayores turbulencias de la crisis, en parte aisladas a causa de sus propias características”. Estas entidades, en consecuencia, se posicionan como “un elemento esencial en el freno de la despoblación”, ya que actúan como “agentes dinamizadores de los recursos y activos locales”, favoreciendo así el desarrollo de las zonas rurales “a través de la creación de puestos de trabajo estables y de calidad, el apoyo a otras empresas y la generación de actividad económica en general”.

Interior de una oficina bancaria de la provincia. | LOZ

De acuerdo con las cifras aportadas por la investigación, en España existían al cierre de 2018 un total de 62 cooperativas de crédito. Entidades generalmente vinculadas a actividades productivas concretas y “siguiendo una estrategia tradicional de prudencia y proximidad”. De hecho, más del 60% de sus oficinas se encuentran en municipios de menos de 25.000 habitantes y, entre ellas, casi el 40% están en núcleos de menos de 5.000 habitantes.

El documento elaborado por los investigadores de la Universidad de Valencia y la Universidad de Castilla-La Mancha, por lo tanto, revela la importancia que tienen las cooperativas de crédito en la lucha contra la exclusión financiera, principalmente en las provincias de la España Vaciada, como es la provincia de Zamora, donde “actúan financiando el desarrollo económico mediante la movilización de los activos y recursos locales, contribuyendo así al equilibrio regional”.

Utilización de la exclusión financiera como oportunidad

Las cooperativas de crédito aprovechan la situación de exclusión financiera que viven territorios como Zamora para afianzarse como primera opción y crear ese arraigo con zonas que se sienten maltratadas. De acuerdo con la investigación, las cooperativas están presentes en las zonas rurales, aprovechando los nichos de mercado que dejan el resto de los bancos comerciales y dotando de servicios financieros a aquellos municipios carentes de oficinas bancarias. Este estudio enumera una serie de provincias donde la presencia de cooperativas de crédito es superior al 12% y la mayoría de ellas presentan elevados índices de despoblación. Entre ellas, evidentemente, Zamora. “Este hecho, permite suponer que la mayor cuota de mercado de las cooperativas de crédito en las provincias más deprimidas contribuye a evitar la exclusión financiera, favoreciendo la dinámica del desarrollo regional, ya que su carácter de banca de proximidad contribuye a canalizar el ahorro hacia su entorno más próximo”, analizan los responsables de la investigación. En el capítulo de conclusiones, los investigadores reconocen que, “en aquellas regiones donde la densidad de población es menor y los problemas de despoblación son más acusados, el estudio ha permitido demostrar que la existencia de entidades de la economía social como son las cooperativas de crédito supone un factor de movilización de los recursos productivos locales”, algo que “favorece la actividad económica en diferentes sectores y la generación de empleo estable y de calidad”. Todo ello para, en definitiva, contribuir a “fijar población” en el territorio.