La Junta de Castilla y León prorroga las medidas restrictivas para evitar la propagación del coronavirus hasta el próximo 13 de septiembre. Una noticia que vuelve a llegar como un jarro de agua fría para los hosteleros y empresarios de la ciudad que ven como la temporada de verano acaba y las limitaciones en su actividad no aflojan.

La evolución epidemiológica en la provincia cada vez es mejor. Aunque desde la Junta se pide prudencia y responsabilidad para afrontar este último tramo de celebraciones estivales, el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios Hosteleros (Azehos), Óscar Somoza, considera que Zamora ya se encuentra en buenos términos para comenzar una apertura paulatina.

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, mandaba un mensaje de precaución y pretende evitar brotes vinculados a festividades próximas como la celebración de las ferias y fiestas en ciudades como Valladolid o Salamanca, que celebran sus días grandes a principios de septiembre.

Desde Azehos se cree que la ciudadanía y en especial el sector hostelero del resto de provincias de la comunidad están pagando por esto 15 días más de restricciones cuando podrían haber comenzado a experimentar una flexibilización. “Zamora, Ávila, Segovia, podían haber empezado permitir el consumo en barra, liberar los horarios y abrir el ocio nocturno poco a poco. Así no vamos a acabar nunca”, reprocha Somoza.

El 31 de septiembre, a esperas de una nueva prórroga, finalizan los ERTE y las empresas zamoranas “no están preparadas para asumirlo” porque después de una apertura sin limitaciones, hará falta un recorrido y una adaptación que no se ha podido producir durante estos meses.

“La gente no ha vuelto a la calle, tiene falta de confianza y no se gana de la noche a la mañana. Una vez que se eliminan las restricciones hay un periodo lento de adaptación, de costumbres”, explica Somoza. Con la temporada de verano, esta readaptación podía haber sido más sencilla, sin embargo, con la llegada del invierno y su clima, la gente se va a “enclaustrar” y va a ser mucho más difícil para los negocios remontar.

Los hosteleros no son los únicos afectados, todos los empresarios de Zamora llevan meses sufriendo las restricciones de la Junta. Desde CEOE-Cepyme Zamora, el presidente, José María Esbec, entiende que debería de haber un “poco más de flexibilidad” y destacan que es fundamental observar la cuestión económica de las empresas.

“Ante todo respetamos los criterios sanitarios y que las decisiones que se toman están fundamentadas sobre una opinión sanitaria experta. Pero también creemos que hay que tener en cuenta la actividad económica. Ponemos en duda el hecho de que ha sido completamente necesario extender estas restricciones al mes de septiembre. Se está penalizando a muchas provincias cuando las fiestas que haya en Salamanca o Valladolid se pueden controlar de manera individual”.

El comercio y la hostelería son dos sectores “importantísimos” en Zamora y actualmente se encuentran en una situación muy “compleja” y “tocada”. La primera quincena de septiembre sigue siendo muy importante para estos sectores, cuya actividad económica busca desesperadamente una flexibilización.

Los negocios zamoranos se encuentran en “vía muerta” a la espera de noticias esperanzadoras y ayudas que les hagan empezar a ver la luz al final del túnel.

El verano se cierra con un balance turístico positivo

Tras una temporada marcadas por la quinta ola y las consecuentes restricciones sanitarias, ha sido un verano mejor de lo esperado para la provincia de Zamora. La llegada en avalancha de turistas que ha pillado desprevenida a todos los sectores de la ciudad se salda con datos muy positivos. La gente ha respondido a la llamada de quedarse en “casa” y socorrer el turismo nacional. Son muchos los que han dejado de lado la costa para visitar el interior y con ello hacer una parada en Zamora. El presidente de Azehos aplaude y agradece esta respuesta que ha dado vida a toda la provincia. Además, destaca la importante labor de los propios zamoranos que han apoyado en el turismo local. Sin embargo, los buenos números podían haber sido todavía mejores y se espera que próximamente se recuperen los niveles de antes de la pandemia. Muchos establecimientos de ocio nocturno o salones de banquetes sigue cerrados y Somoza insiste en la falta de todas esas compensaciones que tanto prometen pero que no terminan de llegar ni de manera rápida, ni ágil, ni adecuada, ni sobre todo proporcional. Las restricciones han privado un verano más que la hostelería y los negocios se beneficien de una temporada marcada por los reencuentros y las celebraciones sin motivo cualquier día de la semana. La restauración tendrá que esperar un poco más para llenar la caja con la “alegría del verano” que dejan las comidas familiares, las reuniones de quintos, las comisiones de fiestas o el reencuentro con los viejos compañeros del colegio.