Un solo litro de aceite industrial podría contaminar hasta un millón de litros de agua. Afortunadamente, su recogida llega desde los talleres e industrias de cualquier ciudad del país hasta los pueblos más pequeños de Zamora, donde la recogida de este residuo es una actividad fundamental para conservar el medioambiente.

Lubricante para maquinaria revalorizado. | Cedida

Tan solo en la provincia de Zamora se recogieron durante 2020 –año profundamente marcado por el parón de la actividad derivado de la pandemia– más de 526.000 kilos de aceite industrial, procedente en su mayoría de actividades como la industria, la agricultura, la hostelería, el transporte y los parques eólicos, una actividad declarada como esencial y de gran importancia en provincias como Zamora, donde más del 90% de las recogidas se produjeron en municipios rurales, en los que verter estos residuos podría generar un gran impacto medioambiental y difícilmente reparable en la zona. Según datos facilitados por Sigaus, el sistema integrado de gestión de aceites usados, es especialmente en estas zonas rurales donde existe un alto grado de “dispersión” de estos deshechos tóxicos al ser de difícil acceso.

Actualmente, la ley prohibe la destrucción de los aceites usados, que deben “valorizarse al 100%” informan desde Sigaus, priorizando “siempre” la regeneración, un tratamiento por el que 194.666 kilogramos se transformaron “de residuo a materia prima”, de los más de las 500 toneladas recogidas en la provincia durante 2020. Los casi 300.000 kilos restantes se sometieron un tratamiento fisico-químico de limpieza por el que se obtiene un combustible tipo fuel óleo de uso industrial. Gracias a estos dos procesos, el aceite es renovado y reaprovechado al completo, en un ciclo de economía circular cuyo objetivo es proteger el medioambiente y optimizar los recursos, también en zonas protegidas.

De los espacios protegidos en Castilla y León se recuperaron el año pasado 634 toneladas de aceites usados, incluyendo Parques y Reservas, entre las que destaca la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica, cuyo territorio se sitúa en gran parte en la provincia de Zamora y que supuso el 20% de la recuperación en espacios protegidos de toda la comunidad, con la friolera de 128 toneladas.

En total, la gestión de este deshecho considerado “peligroso” ahorró a Castilla y León la contaminación de 11.234 toneladas, la emisión de 5.771 toneladas de CO2 y la compra de 2 millones de barriles de petróleo, donde gracias a la cooperación, el entorno permanece libre de aceite.