Cuenta la leyenda que una hermosa mujer india tenía como misión velar por los habitantes de su tierra y protegerlos de todos los males. Para ello se inclinaba sobre las cunas y camas de los niños y sobre sus pequeñas cabezas tejía una telaraña que atrapaba entre sus hilos todas las cosas feas del mundo que pudiera perturbarles. Cuando las tribus comenzaron a expandirse por los territorios, la mujer no alcanzaba a realizar sola su altruista labor. Entonces las madres y las abuelas empezaron a tejer redes mágicas sobre aros de madera de sauce para atrapar los sueños infantiles. Los buenos se filtraban a través de suaves plumas que eran como una caricia. Los malos quedaban atrapados en las redes para morir con la luz del día. Así nacieron los atrapasueños.

Un adorno tribal que decora nuestras casas y que representa también a la Asociación Salmantina contra el Bullying y Cyberbullying (Ascbyc) presidida por Carmen Guillén: “El atrapasueños sirve para borrar los malos sueños y el acoso escolar es un mal sueño. El bullying y el ciberbullying rompen los sueños de nuestros niños y nosotros lo que tratamos es de quitarles la pesadilla que el acoso escolar supone para ellos”.

Carmen Guillén posando en la Plaza Mayor de Salamanca, ciudad en la que Ascbyc mantiene su sede. Cedida

Creada a finales de 2016, Ascbyc lleva cinco años ocupando un espacio que nadie había ocupado antes. Pionera en su labor no solamente a nivel regional, sino también a nivel nacional, mantiene su sede en Salamanca donde comenzó su andadura : “Tres familias que estaban sufriendo esta problemática en sus casas se unieron para buscar ayuda y soluciones. Se dieron cuenta de que al menos en Castilla y León no existía respaldo por ninguna parte. Ni a nivel político, ni jurídico, ni educativo. Nadie parecía saber nada de este asunto. No existía ni siquiera un protocolo sobre acoso escolar. Se hablaba más bien de “cosas de niños”, de una “moda”, de “poner una tirita antes de hacerse la herida”. Algo había que hacer, así que se creó esta asociación para dar voz a los que es difícil que la tengan” .

Entraron a abonar un terreno incómodo lleno de dolor, vergüenza, miedo y desconocimiento al que no era fácil acercarse: “ El mundo del silencio en el que habita el acoso escolar tiene que alzar la voz y eso es lo que pretendemos desde la asociación, por supuesto sin dañar a nadie. Queremos sobre todo dar soluciones, ofrecer alternativas y poner herramientas al alcance de toda la comunidad educativa para que el bullying y el ciberbullying desaparezcan”.

PROYECTO LOBO. moteros y niños trazan una ruta de empatía y solidaridad. Cedida

Año 2004. Un adolescente vasco de 14 años coge su bicicleta de madrugada, se dirige a lo alto de la muralla de su localidad, Fuenterrabía, y se precipita al vacío. Se llamaba Jokin y sufría acoso escolar continuado. Uno de sus familiares, en carta escrita a El País, explicaba por entonces y de forma dolorosamente gráfica el por qué de un adiós tan prematuro: “decidió que la paz eterna era mejor que el infierno cotidiano”. Este suceso, que conmocionó a España entera, hizo que, por primera vez, la palabra bullying saltara a los titulares de toda la prensa. Según Carmen Guillén “sí es cierto que a raíz de la muerte de Jokin se empezó a hablar de acoso escolar en España pero es un mal que lleva existiendo toda la vida. En los años 70 en Estados Unidos y parte de Europa ya se hacían estudios sobre ello. Sin embargo en España no se hacían. ¿Por qué? Porque en este país se ha considerado siempre que hay cosas que si no gustan se silencian. Después está el “como no me toca a mí no me interesa”. Pero ¡ojo! porque esto es una violencia más, es una enfermedad más, y le puede tocar a cualquiera. No hay imposibles. Al que le toca le tocó. Una de las preguntas que más me hacen los chicas y chicas que sufren acoso es: ¿Y por qué a mí?, ¿Qué he hecho yo? No hay respuesta porque no hay un por qué. Pasabas por ahí y te tocó, desgraciadamente, aunque evidentemente hay colectivos más vulnerables que otros. Pero salvo eso, no hay un perfil de víctima de acoso”.

Las actividades de ascbyc inculcan en los niños valores de empatía y solidaridad. | | CEDIDA

Para la presidenta de la Ascbyc es frecuente confundir qué es acoso y qué no lo es: “Últimamente tendemos a banalizar ese término. El acoso escolar es un fenómeno social de violencia entre alumnado. Hay una relación desigual de poder, consistente en la intimidación, aislamiento, amenaza, agresión verbal o física de carácter continuado sobre una o varias personas . Para que sea acoso escolar se tiene que dar una serie de circunstancias. Porque no te inviten a un cumpleaños eso no significa que estés siendo acosado. Nos llegan quejas de estas características pero eso no es un acoso. El acoso es una reiteración en el tiempo, una intención de hacer daño, un abuso de poder. ¿Cruzar la línea roja? Es muy fácil, indudablemente.”

¿Acoso escolar o bullying? En la actualidad su uso es indistinto. El por qué de la institucionalización del anglicismo podría tener su origen en la incomodidad que provoca el solo hecho de nombrarlo: ”Sí es cierto que hablar de acoso resulta desagradable, negativo. La palabra bullying resulta menos agresiva. Pero da igual cómo se denomine. Lo importante es hablar de ello. Hablar en voz alta sobre ello. En este país no nos gusta llamar a las cosas por su nombre. Como dato curioso te contaré que los chavales definen muy bien lo que es el bulling pero no saben lo que es el acoso. El primero lo identifican con las redes sociales. El segundo no saben ni lo que es”.

Grupos de trabajo en ascbyc dispuestos a colaborar con toda comunidad educativa. |

Carmen reconoce que no es fácil detectar en casa que un hijo está sufriendo, a no ser que haya evidencias físicas, golpes, moratones o arañazos. Por eso hay que estar atentos a algunas señales concretas: “Somatizan todo tipo de dolores, de cabeza, de estómago… y cuando los llevas al médico no tienen nada. Sufren muchísima tristeza, tienen el ánimo decaído, lloran sin causa aparente. Entre sus objetos personales que llevan a diario al cole hay rotos o desapariciones. Tienen además alteraciones del sueño y algo muy llamativo: su rendimiento escolar cae en picado muy de repente”.

En la comunidad educativa impera lo que se conoce como “ley del silencio”: “La gente lo sabe, lo ve pero no habla. Los últimos que se enteran generalmente son los padres. El niño calla por vergüenza, por miedo a las represalias. Lo que es evidente lo ves pero el bullying psicológico es muy complicado de detectar y cuando sale fuera pueden haber pasado incluso años y el mal ya está hecho”.

Por eso desde Ascbyc han apostado desde el principio por crear herramientas, actividades y grupos de apoyo en torno a la prevención aunque creen que sería fundamental el apoyo de todos los estamentos: “Una de las cosas que hemos hecho desde la asociación es ir a las universidades cuando se nos solicita, a dar charlas y talleres. En muchas carreras en las que el tema del acoso escolar debería ser una prioridad no es ni siquiera una asignatura. Se necesita formación para padres, docentes, alumnos, personal de la comunidad educativa... Romper la barrera del silencio de la que hablábamos antes para que la gente hable de ello y no sufra más”.

Charlas, talleres, actividades de todo tipo destinadas a toda la comunidad educativa... Ascbyc, con su presidenta a la cabeza son un fluir constante de ideas originales que de forma lúdica enseñan a los más jóvenes los valores que según Carmen están cada vez más olvidados como son el respeto, la empatía o la solidaridad entre iguales.

Es el caso de su programa estrella, Proyecto Lobo para la prevención y actuación contra el acoso escolar: “El proyecto se llama Lobo porque aunque actualmente hablemos de manadas en sentido negativo, los lobos tienen un claro sentimiento de pertenencia a un grupo, se protegen unos a otros e incluso los vulnerables y débiles son los que lideran la manada, no los que van detrás. El proyecto en sí nació en Plasencia y dos años más tarde lo implantamos nosotros en un centro de Salamanca con muchísimo éxito y con una idea clara de continuidad. Su filosofía consiste en establecer un código de honor y comportamiento al mismo tiempo que se trabaja por la no exclusión dentro de un grupo. Trabajamos con asociaciones de moteros porque ellos representan el espíritu de colectivo, de rebaño, respetando la personalidad individual de cada uno de sus miembros. Siendo distintos, todos son amigos, tienen una pasión que les une y además ,tras esa leyenda de malotes se esconde gente especialmente solidaria. A los chavales les está encantando trabajar con ellos y los resultados son muy positivos. Mejoran la autoestima, la solidaridad, la empatía entre ellos”.

Proyecto Lobo no es la única iniciativa que Ascbyc trata de introducir en aulas e instituciones: “ El programa Familia Emocionan-T, destinado también a toda la comunidad educativa, busca prevenir el bullying a través de una educación emocional adecuada. Utilizamos el desarrollo de la inteligencia emocional que para nosotros es fundamental. Este programa ya se está aplicando en Salamanca a través del Ayuntamiento con muchísimo éxito también. Tiene una metodología eminentemente práctica y también tiene vocación de futuro”. Ascbyc comenzará el curso con nuevas actividades, siempre abiertos a que instituciones, profesionales o centros educativos cuenten con ellos para luchar contra una lacra: el acoso escolar.

Cinco años luchando por recuperar a niños perdidos

Carmen Gillén trabajó durante años como delegada sindical y siempre ha estado en primera fila en la lucha reivindicativa de diferentes colectivos. Desde 2016 preside la primera asociación contra el bullying y el ciberbullying que se pone en marcha en este país. Una labor por la que ha recibido un premio en 2018 por su importante labor social.

– Estamos cerca del comienzo de un nuevo curso. ¿Alguna recomendación para padres y profesores?

–Que observen. Que no dejen de hacerlo. Hay que estar atentos a las señales que hemos comentado. Y sobre todo vigilar la interacción en las redes sociales.

– ¿Con la pandemia ha crecido el acoso cibernético?

– Evidentemente. Han bajado las cifras del acoso físico y ha crecido lo que denominamos cyberbuying aunque los datos no responden del todo a la realidad porque es un tema que se oculta y mucha gente nunca llega ni a denunciarlo por miedo a las represalias.

– ¿Cualquier víctima de acoso puede acudir a la asociación en busca de ayuda?

– Por supuesto. En nuestra web www.ascbyc.org pueden encontrar toda la información y asesoramiento que necesiten. Tenemos correo, teléfono y un “botón del pánico” de atención inmediata. En un mes hemos tenido hasta seis interacciones. La cifra es preocupante.