Escalofríos, fiebre, mareos y dolor articular y en la zona del pinchazo. Son los síntomas que notan muchos jóvenes y adolescentes zamoranos al poco de ponerse la inyección con la vacuna contra el coronavirus, normalmente con las dosis de Pfizer y Moderna, apenas tres mililitros que provocan la activación del sistema inmunológico del organismo, “batalla” que puede manifestarse en forma de malestar general. De hecho los efectos secundarios de la vacuna son incluso más habituales que entre el resto de las edades de la población vacunada, según las impresiones recogidas entre los afectados.

Más allá de esta sospecha empírica, sin embargo, no está demostrado aún que la vacunación entre los jóvenes conlleve más efectos secundarios, aunque ya se han avanzado algunas hipótesis que podrían explicar el fenómeno: cuanto más en forma esté el sistema inmunológico, con más brío responde a la infección, como la que proporciona la vacuna, lo que explicaría esta aparición más habitual del malestar tras la inyección.

Inmunosenescencia

Entre las personas mayores sí está estudiado este fenómeno, que se denomina de la inmunosenescencia, es decir, una menor respuesta del sistema inmunológico asociada al envejecimiento. Y en los ensayos previos a la autorización de la vacuna de Pfizer en edades tempranas se determinó que la “respuesta inmunológica” entre los adolescentes de 12 a 15 años era todavía más robusta que entre los jóvenes adultos de entre 16 y 25 años.

Sacyl reconoce que no tiene datos objetivos de Zamora para sostener esta afirmación, entre otras cosas porque la gran mayoría de las reacciones son leves y por tanto no llegan a las consultas médicas o de enfermería al menos en cantidad suficiente como para determinar con certeza que los jóvenes sufren más efectos secundarios. Los estudios de las propias farmacéuticas realizados antes de sacar las vacunas al mercado indican en estas edades unos efectos secundarios significativamente similares a los del resto de grupos de población. Por eso se aprobó su uso de 12 años en adelante.

Los efectos secundarios en adolescentes y jóvenes, señales normales de que su organismo está creando protección, son dolor en el brazo donde se recibió la inyección, con enrojecimiento e hinchazón, dolor de cabeza y muscular, escalofríos, fiebre, náuseas o cansancio. Unos efectos secundarios que incluso pueden impedir al joven el desarrollo de su vida cotidiana, aunque no normal es que tarden pocos días en desaparecer.

Que se sepa en Zamora no se han detectado casos de reacciones graves, pero sí están descrito que pueden aparecer hasta 14 días después de la administración de la dosis, en forma sobre todo de miocarditis que es la inflamación del músculo cardiaco y de pericarditis, la inflamación de membrana que rodea el corazón, entre los adolescentes y jóvenes.

De hecho se han realizado estudios que hablan de la aparición de reacciones adversas en un 82,8% de los casos cuando se trata de jóvenes frente a un 70,6% entre la población general. Y hablando se síntomas específicos el dolor de cabeza aparece en un 52% de los jóvenes vacunados frente a un 39% de la población general o la fiebre en un 16% entre la juventud, cinco puntos por encima del resto.

Otro estudio sobre el particular indicaba que el 90,7% de las reacciones de las vacunas son leves. Los eventos más usuales son mareos (20,1 %), síncope (13,3 %; de estos el 60,3 % en mujeres con una mediana de edad de 15 años) y dolor de cabeza (11,1 %).

Los eventos graves (9,3 %), como la mencionada miocarditis o dolor torácico, ocurrieron mayoritariamente en varones (70,6 %, mediana de edad de 15 años).

Todos los estudios avalan que los beneficios de la vacuna son mayores a los riesgos.

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