“Parece Semana Santa”. La auténtica avalancha de turistas que llena las calles de Zamora capital, sin plazas hoteleras, casas rurales y de pisos turísticos para cubrir la demanda continuada, “muchos tienen que alojarse en municipios cercanos”, mantiene “agotado y encantado” al personal de hostelería y restauración. El asombro es generalizado en este sector ante un verano que afrontaban con cierto vértigo tras la experiencia de 2020, de mucho menos jaleo, explica Nuria Bautista, encargada de un bar de la mítica calle de Los Lobos, un balance generalizado.

Un camarero atiende a sus clientes en una calle de tapeo. | Ana Burrieza

La masiva llegada de turistas no se detiene ni los lunes, un día tradicionalmente más flojo, “es una locura”, muchos negocios han tenido que reforzar plantilla “y, a veces, con dificultad para encontrar trabajadores”, lo que no significa que la hostelería pueda cubrir todas las pérdidas acumuladas a causa del grave revés que ha supuesto la pandemia, si bien esta importante proyección turística de Zamora “está sirviendo como desahogo económico”, admiten desde el sector.

Empleada de hostelería en Zamora.

Empleada de hostelería en Zamora.

No es inusual contemplar colas de clientes a la caza de mesa en las terrazas de los bares de tapeo y restaurantes. “El goteo es constante” sin contar las horas punta, por lo que ya a primeros de este agosto, el mes con más turistas, algún establecimiento de las zonas más típicas de pinchos se ha llegado a quedar algún día sin suficiente suministro de productos para concluir la jornada, los pedidos de comida y bebidas se han quedado cortos a veces, explican sin dar crédito. Alguno “ha tenido que bajar la trapa a mediodía del domingo”.

Un grupo de turistas contempla el río Duero desde el mirador del Troncoso. Ana Burrieza

La saturación ha sido tal para otros negocios que se han visto forzados a “cerrar la cocina durante una o dos horas, era inviable seguir el ritmo de trabajo que imponía la demanda”, apunta algún empresario. No es anecdótico que “los clientes zamoranos, los de todo el año, te digan “ya volveré en otro momento”, porque es imposible coger mesa” con los aforos limitados en el interior y las distancias de seguridad sanitaria en terrazas.

Empleado de hostelería en Zamora.

Empleado de hostelería en Zamora.

Solo hay que darse un paseo por la ciudad para comprobar el éxito creciente de Zamora como capital alternativa a los destinos costeros, como una plaza para “huir de las aglomeraciones”, de la amenaza del COVID, explican los mismos foráneos. Y las cifras de este mes y medio de verano recogidas por organismos de turismo no engañan, los llegados a Zamora solo en mes y medio superan en más del 30% el número del año pasado.

Una técnico de la Oficina Municipal de Turismo atiende a una visitante. Ana Burrieza

“Esta siendo brutal”, manifestaba gráficamente el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería (Azehos), Óscar Somoza, que llega a hablar de una afluencia de turistas “espectacular incluso respecto a 2019 o 2018”, con una ocupación hotelera al cien por cien, “hasta el punto de tener que derivar a gente a pueblos de los alrededores de Zamora”. El cartel de lleno se cuelga “prácticamente toda la semana, es la primera vez que nos quedamos sin plazas libres en verano en hoteles y casas rurales”, abunda Somoza. En la misma situación están los numerosos pisos turísticos que se alquilan en la capital.

Turista de Lugo

Turista de Lugo

Julio ya colocaba a la ciudad en el mapa de destinos preferentes, y no solo para el turismo cultural, pero a partir de primeros de agosto el ascenso está siendo más llamativo. Como indicador y a expensas de que el otro servicio que depende de la Junta de Castilla y León dé a conocer sus datos -que serán muy similares a los del organismo del Ayuntamiento de Zamora-, las cifras de la Oficina Municipal de Turismo corroboran ese aumento. En julio atendió a 4.905 personas, 1.525 más que en ese periodo de 2020, cuando orientó a 3.378. En los primeros 14 días de agosto, el número llega hasta los 3.737, un volumen que está muy por encima de los 2.412 registrados en ese mes de 2020. La previsión es que termine el verano con un número de visitantes muy superior al del primer año de pandemia, “y eso que entonces la gente venía con ganas”, describe María Rosa Rubio, la directora de la Oficina Municipal.

SE AFIANZA EL TURISMO QUE SE QUEDA HASTA UNA SEMANA

El perfil de los visitantes es variado, eso sí, “huyen de las masificaciones de la costa”, del riesgo a posibles contagios. Vascos, catalanes, valencianos y andaluces aparcan las playas en estas fechas, “disponen de más días de descanso para venir”, apunta Rubio. Mientras que, madrileños, asturianos y gallegos “nos tienen más cerca y aprovechan puentes y fines de semana". Junto a los castellano y leoneses, los más numerosos, la presencia de portugueses es muy común; y, en menor medida, de franceses, de suizos, de belgas, de italianos y de ingleses. No solo vienen de paso, “se quedan dos o tres días, incluso la semana entera”. Algunos, después de un primer contacto en el que han comprobado que Zamora tiene mucho más que el románico o el modernismo. “Están repitiendo, nos dicen que hace unos años estuvieron y han decidido volver pasar más tiempo”, apunta la directora de la Oficina Municipal. Otros “están descubriendo la capital, nos comentan que se sienten a gusto y se quedan en la ciudad porque la puedes pasear, tienen el río Duero, el bosque de Valorio y monumentos; van de tapeo..., hacen de todo”.

Visitantes en el Castillo Ana Burrieza

Quienes llegan a Zamora “se quedan admirados de la capital y de la provincia, de que haya playas para bañarse en la provincia”; de la variedad y la riqueza paisajística, de su gastronomía, indica una técnico de turismo. El ocio, la gran diversidad de actividades culturales para niños y adultos, es otro atractivo inesperado a sumar gracias a la apuesta de las administraciones.

Chiara Sportoletti, guía turístico en Zamora

Chiara Sportoletti, guía turístico en Zamora

En este excelente escenario en tiempos COVID solo se echan en falta los grupos de turistas que contribuían a salvar el verano, aunque desde la Asociación de Guías Turísticas Oficiales de Zamora y Provincia se declaran “un poco desbordadas para bien”, dado el número de personas que buscan conocer la ciudad de su mano. El trabajo superó en julio en un 20% al que tuvieron en ese mismo mes de 2020, una curva ascendente que en agosto prevén mucho mayor, “solo el pasado día 14 hemos tenido más clientes que en todo el mes de agosto pasado, superior también al de 2019”, dice Chiara Sportoletti, representante de la Asociación. Cada día mueven a 60 grupos para darles a conocer Zamora, “predominan las parejas de mediana edad que viajan solos; los grupos de amigos y las familias con uno o dos hijos, que eligen sobre todo el fin de semana”. Rubio añade a las personas mayores, que ya en junio empezaron a venir, “tenían las dos vacunas y se sentían más seguros”.