Entre el 25 de junio y el 26 de julio, Zamora no registró ninguna muerte por COVID en el Complejo Asistencial; en los once días siguientes, el virus ha segado la vida de cinco personas en las dependencias hospitalarias de la provincia. Este jueves se confirmó el deceso de la quinta víctima de esta ola veraniega que sigue golpeando con dureza en un tiempo en el que la ciudadanía ya confiaba en haber desplazado al coronavirus, si no al ostracismo, sí a un segundo plano.

Sin embargo, la realidad se ha impuesto como un escenario más desfavorable que ha obligado a colocar el 442 en la estadística de muertes por COVID en el Complejo Asistencial de Zamora desde que comenzó la pandemia. Como es obvio, el de fallecimientos es el dato que más preocupa actualmente, seguido por el de hospitalizaciones. Es cierto que la cifra de ingresos va mermando cada día, pero todavía se mantienen en la Unidad de Cuidados Intensivos tres enfermos de coronavirus, mientras que otros 19 se hallan en la zona de planta.

Esos son los datos de un día razonablemente bueno desde el punto de vista de los contagios. Sanidad reportó 29 casos nuevos en Zamora, lo que permite que la provincia conserve la tendencia descendente exhibida en los últimos siete días. Esa inercia se traslada a la incidencia acumulada, que baja hasta los 412 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, el mejor dato desde el pasado 4 de julio.

Además, la tasa de la última semana se reduce hasta los 174 positivos por cada 100.000 habitantes, un hecho que muestra que la situación continúa mejorando, aunque sea de forma lenta. Zamora sigue siendo, en estos momentos, la provincia con mejores cifras de Castilla y León después de las vecinas León y Salamanca.

En cuanto a los tres municipios principales, Zamora sigue exhibiendo una bajada continuada de los contagios que deja la incidencia a 14 días en apenas 339 casos por cada 100.000 habitantes. La situación es peor en Benavente, donde la tasa se sitúa ahora en 629, casi el doble que en la capital, mientras que las buenas noticias llegan desde Toro, que cuenta con una incidencia de 692, la más alta de las localidades citadas, pero que ha logrado reducir rápidamente una tasa que hace apenas un par de días superaba los mil positivos por cada 100.000 habitantes.

Por último, el dato de brotes continúa mejorando al hilo de lo que está siendo el descenso lento y sostenido de contagios tras el pico de la quinta ola. La provincia mantiene ahora 56 focos activos con 292 casos vinculados. El dato no es bueno, pero debe valorarse en el contexto de un territorio que acumulaba más de cien hace apenas diez días. La tormenta veraniega del COVID va amainando.