La incidencia del coronavirus está ahora mismo en Zamora en 682 casos por cien mil habitantes, parecida a la que había el 18 de enero e incluso un poquito más alta (672) y sin embargo ahora podemos ir sin mascarilla por la calle y entonces había toque de queda por la noche y no podíamos salir de la comunidad. No es que las autoridades sanitarias se hayan vuelto unas inconscientes, sino que la situación ha cambiado de tal forma que este parámetro, el de la incidencia, no se traduce de forma tan exacta en fallecimientos, ingresos en unidades de críticos y ocupación hospitalaria. Es decir, mientras que antes la alta incidencia ponía en riesgo el colapso del sistema sanitario ahora la situación parece más controlable.

Ese 18 de enero, con 672 casos de incidencia el hospital tenía 63 pacientes ingresados en planta y diez en la UCI, mientras este 9 de julio con 682 hay 7 ingresados en planta y 1 en la unidad de críticos. Y eso que la cifra de pacientes activos, según los datos de Atención Primaria, era muy parecida: 2.863 en julio frente a 3.124 en enero. La vacunación de grandes capas de la población, sobre todo las de más edad y por tanto más susceptibles de presentar cuadros de enfermedad grave por el coronavirus es el factor fundamental que explica este cambio.

De hecho en esa fecha de referencia en enero la incidencia entre los mayores de 65 años estaba en 271 casos por cien mil habitantes y hoy está en 58.

Esto no significa que no haya que tomar medidas para bajar la incidencia, sobre todo cuando se ha disparado de forma tan importante en toda la comunidad y especialmente en provincias como Zamora, por varias razones. La primera es que los jóvenes enferman menos, pero también lo hacen, incluso con la posibilidad de algún caso grave. La segunda que este sector de población no está aislado del resto de la sociedad, y por tanto el virus también infectará tanto a personas mayores aún no vacunadas como a un porcentaje de las que tengan las dosis de vacunas, ya que aportan una alta protección, pero no es del cien por cien.

Variante india

Hay que tener en cuenta otro factor, el de las nuevas variantes del coronavirus, que son muy contagiosas. Hay cinco especialmente preocupantes, pero la que más inquieta ahora mismo es la Delta o india, debido a su alto poder de contagio y a que logra escaparse e infectar a personas vacunadas con una sola dosis de la vacuna.

Variantes de la cepa del coronavirus L.O.Z.

Es preocupante también el grado de transmisión comunitaria que ha adquirido el virus. La positividad de las pruebas es muy parecida en enero y ahora (en torno a 20 de cada cien test dan positivo), pero la trazabilidad es ahora mucho más baja. Al transmitirse muchas veces en lugares de ocio o de fiesta es muy difícil rastrear los contagios y determinar dónde se ha producido el brote.

Un factor alarmante de esta quinta ola es la velocidad de reproducción del virus. Si el aumento de la incidencia, vertiginoso, se parece mucho al de la tercera ola, la que se produjo justo después de las navidades, el rápido ascenso de la velocidad de transmisión del virus sigue el mismo patrón que la segunda, es decir, el verano de hace un año. Entonces salíamos del confinamiento y el virus parecía moribundo, hasta que encontró el contacto social y se resurgió tras el verano. Ahora salimos de una temporada de control de la pandemia y el contacto social, con eliminación de las mascarillas, apertura del ocio nocturno y las fiestas.

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