El fotógrafo Victorino García Calderón (Retortillo, 1953) expone su muestra “Soledades” en el Museo de Zamora hasta el domingo, 30 de mayo. Un proyecto fotográfico del artista salmantino que recoge, mediante imágenes captadas con su teléfono móvil, su experiencia personal durante el confinamiento social que el país sufrió el pasado año 2020 debido a la pandemia del coronavirus. Se trata de una selección de un total de 60 instantáneas que resumen la mirada especial del fotógrafo a un entorno que redujo drásticamente a toda la sociedad al ámbito doméstico. Así pues, mañana, martes, 18 de mayo, Victorino realizará una charla-proyección titulada “Fotografía, belleza y compromiso”, que tendrá lugar también en el Museo de Zamora a partir de las 19:00 horas y que entra dentro de las actividades que el propio museo está llevando a cabo debido a la celebración del Día Internacional de los Museos.

–En primer lugar, ¿cómo surgió su afición a la fotografía?

–En el año 1972 yo vi una exposición del que fue Premio de las Artes de Castilla y León, José Núñez Larraz, de Salamanca, y yo estaba estudiando Bellas Artes y quería dedicarme a la pintura por aquel entonces. Pues bien, al ver la exposición me cambió el concepto que yo tenía de la fotografía. Yo pensaba que era sacar unas fotos para los amigos, echar un rato cuando estás de viaje o por ahí y así… pero al ver la exposición de José Núñez Larraz me di cuenta de que ahí había algo más. Por lo tanto, fui a visitarlo, me dejaron una cámara y me fui con él a hacer fotos, y ahí, justo en ese momento, es cuando me di cuenta de que yo quería dedicarme a la fotografía y que realmente era lo mío. Sobre todo, me di cuenta de que era un medio de expresión más y que cada fotografía podría ser un cuadro. Y es que yo creo que el arte está en la manera de mirar y en lo que quieres contar. Ahora, casi 50 años después de ese momento, sigo apasionado de la fotografía como el primer día y siempre buscando cualquier rincón para fotografiar.

–Presenta su muestra “Soledades” en el Museo de Zamora, pero no es la primera exposición fotográfica que realiza, ¿no es así?

–Así es. Habré hecho unas 60 exposiciones. No solo en España, sino también en Portugal y en América. 50 años pegado a una cámara, te puedes imaginar… Yo creo que la cifra de exposiciones rondará las 60, no exagero, de verdad. Es una barbaridad. Ya soy un “perro viejo” de todo esto… (ríe).

–La exposición recoge, en imágenes captadas con su teléfono móvil, su experiencia personal del confinamiento social sufrido en el 2020 por la pandemia provocada por el COVID-19. ¿Por qué decidió presentar esta exposición?

–Pues la verdad es que no fue idea mía, no surgió de mí. En el confinamiento, yo que soy un fotógrafo de calle, pues quería seguir haciendo fotos, aunque fuera dentro de casa, y a raíz de eso pues empecé a hacer fotos de cosas cotidianas y a mandarlas a las redes, por los grupos de WhatsApp de amigos y así. Fotografiaba objetos, el jardín, cómo iba pasando la vida… cosas así. Entonces yo las iba mandando, las iba subiendo, simplemente con el objetivo de compartirlas con mis amigos. Un día, recibo una llamada en la que un amigo, el cual había visto las fotos, me dice: “por qué no pones en marcha una exposición sobre esto”. Yo, en aquel momento, tan solo pensaba en hacer fotos para compartirlas con los amigos, entonces Charo, del Museo de Salamanca, se puso en contacto conmigo y me pidió material porque yo tenía cerca de 2.000 fotos y tenía que seleccionar. Mandé unas cuantas y desde el Museo decidieron hacer una exposición y han sido ellos los encargados de que todo esto fuera para adelante. Surgió todo así. Ya te digo, no salió de mí, aunque obviamente es un gran orgullo ver tus fotos en una exposición.

–¿Qué mensaje quiere transmitir con esta exposición?

–El mensaje que quiero transmitir con mi exposición es que durante el confinamiento también se ha podido crear. No hace falta depender de la calle. Y también quiero transmitir la idea de que con el móvil se pueden hacer cosas muy interesantes, casi tanto como con una cámara. Luego es cierto, obviamente, que la cámara te da cualidades que el móvil no te puede ofrecer, pero con el móvil también se pueden hacer cosas muy chulas. Yo toda la colección la he hecho con el móvil. Al final todo el mundo puede tener un móvil y es rápido, manejable, intuitivo… de hecho, yo creo que llegará el día en que los móviles acaben con las cámaras fotográficas. Entonces el mensaje que quiero transmitir es este mismo, que tan solo hace falta un teléfono móvil para poder crear algún proyecto, incluso dentro de tu propia casa y sin poder pisar la calle como estuvimos en la etapa del confinamiento.

–En la muestra se pueden ver fotografías tanto en color como en blanco y negro. ¿Con cuál de estas dos técnicas se identifica más?

–Me identifico con ambas. La verdad es que no sabría decantarme por una o por otra. Son dos lenguajes muy importantes y muy bonitos, y yo trato de utilizar ambos. Todo depende de lo que quieras captar. Hay fotos que, en blanco y negro, bajo mi punto de vista, pierden, y algunas fotos que pues puede que mejoren y ganen mucho más que si las realizas a color. En la exposición hice fotos en blanco y negro para reflejar esa soledad durante el confinamiento, pero también hice fotos a color porque hay aspectos y detalles que, sin el color, pierden mucho. Aspectos como la naturaleza y los paisajes, por ejemplo.

–¿Qué temática le gusta más captar en sus fotografías?

–Capto de todo. No tengo un tema concreto. Todo lo que me llama la atención, lo capto. Desde pequeño siempre me he considerado muy observador y trato de reflejar todo eso que yo veo a través de imágenes. Me gusta mucho fotografiar objetos, lugares, situaciones… igual esta es la temática con la que más me he ido especializando con el tiempo, pero capto todo.