La idea surgió tras la explosión de la pandemia y el confinamiento y se convirtió en un proyecto educativo integral que ha conquistado al jurado de la XIV edición del Premio a la Innovación y Experimentación Pastoral, puesto en marcha por Escuelas Católicas de Castilla y León. La orientadora Dalia Díez, junto al director del centro, Pedro Faúndez y el profesor Millán Núñez pusieron en marcha el programa “Acompañamiento en tiempos del COVID” en tiempo récord, para que los alumnos y sus familias sintieran el apoyo del colegio desde la distancia.

“Sabíamos que el COVID iba a provocar en el tiempo que estuvieran en casa una situación dura así que era importante intervenir en cuanto antes, por lo que diseñamos un material para poder trabajar tanto con los estudiantes como con sus padres”, resume la orientadora. “Les avisamos de que queríamos acompañarlos en todas las dimensiones de la persona, tanto la física como la cognitiva, emocional, social y espiritual”, enumera.

“Tenían mucha saturación de información, así que les elegíamos las páginas para que pudieran trabajar”, señala el director del Seminario, quien apunta que la situación se iba estudiando todas las semanas en los claustros y con los tutores. “Algunos de los alumnos, por esta situación, habían cambiado su actitud e incluso se notaba ese cambio en sus resultados académicos, así que había que intentar buscar una respuesta a estos hechos”, razona.

Para su compañero Millán Nuñez, el origen del proyecto fue “la necesidad de que los niños siguieran teniendo ese acompañamiento educativo a nivel integral”, destacando que esta actividad en un momento de tanto intensidad “la necesitaban para compartir su vida con los otros y su situación personal, aunque fuera en digital, además de la necesidad de compartir su fe y encontrar a Dios en esa circunstancia tan complicada”.

El equipo de profesores del Seminario de San Atilano, en una reunión. Sergio Villar

Y es que ese encuentro entre compañeros “servía de apoyo para compartir experiencias que al final eran las mismas para todos y era un ánimo con una palabra de esperanza para afrontar la situación desde un apoyo conjunto”, valora Faúndez. “También era positivo que algunas veces hacían una reflexión que el resto no se había cuestionado y que también les servía a los compañeros”, subraya la orientadora.

Tras el éxito en su puesta en marcha con los estudiantes de la ESO del Seminario, decidieron presentar el proyecto al concurso “porque pensamos que si había sido algo que a nosotros nos había funcionado y venido bien, creíamos que había que compartirlo, no tenía sentido quedárselo para uno mismo”, argumentan.

Una excelente decisión la de este equipo de docentes, que les ha reportado el primer premio de este certamen organizado por Escuelas Católicas de Castilla y León, que se traduce en un vale por valor de 1.500 euros.