Aunque han pasado casi sesenta años desde su creación, el perfil de la ciudad de la obra “Zamora”, del pintor local Antonio Pedrero Yéboles, sigue siendo perfectamente reconocible. Presidiendo hasta ahora la sala de juntas del edificio que el BBVA tiene en la plaza de la Constitución, la entidad ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Zamora para su cesión temporal en depósito de esta pintura monumental —con unas medidas de 1,40 de alto por 5 de largo— que pasará a decorar una de las paredes de la nueva biblioteca pública de San José Obrero, junto al Centro de Adultos, en el edificio rehabilitado del antiguo matadero.

Así que en poco tiempo esta pintura se podrá disfrutar por todos los zamoranos, una circunstancia que alegra al propio autor. “La cesión es preciosa y estoy encantando con que se traslade a un lugar público”, aplaude el pintor mientras observa el cuadro.

Precisamente el traslado será un poco más complicado de lo habitual para el equipo de restauradores. Y no por su gran tamaño, sino porque la obra no es plana, sino curva, ya se que adaptó a la propia pared de la sala de juntas, en el edificio concebido por el arquitecto zamorano Adolfo Bobo.

“Se va a transformar en un tríptico, así que a ver cómo responde”, señala el pintor, haciendo hincapié en las dificultades que entrañará el pasar la obra de curva a plana. A ese respecto, el restaurador Donelis Almeida detalla los pormenores del transporte hasta su taller, antes de que termine en la biblioteca de San José Obrero. “Sacarlo de aquí será relativamente fácil, porque se trata de una única pieza en un tablero completo más un añadido y tiene poco peso”, tranquiliza. Más complicado le parece proteger la pintura, ya que está creado con una técnica de látex sobre tablero. “La impregnaremos con una resina, un barniz protector y papeles encima para evitar que la pintura se pueda descascarillar”, explica. En el taller se tratará con sumo cuidado para que la pieza se mantenga intacta para trasladarla luego a su nueva ubicación.

El artista zamorano posa delante de su obra, realizada en el año 1966. | Emilio Fraile

Da la casualidad de que, además de esta vista panorámica de la ciudad, Pedrero tiene en la oficina bancaria otra obra, en las escaleras de entrada, que describe los meses del año y los trabajos del campo en Castilla y León, pintada directamente sobre muro.

Por su parte, la obra que tiene a la ciudad como protagonista absoluta “se hizo en pasta sobre tablero, en este mismo lugar”, recuerda el autor, quien reconoce que tiene otras pinturas con la misma técnica y temática. “Esta la hice en el año 66”, apunta acercándose al cuadro para asegurar la fecha “y se trata de una vista desde la zona que se conoce como El Temblajo”, detalla. Un lugar que está entre las escuelas de San Frontis y el camino de Carrascal, al otro lado del río Duero, con lo que son perfectamente visibles y reconocibles lugares como el Puente de Piedra, la Catedral o las cúpulas de varias iglesias románicas, todo ello en colores tierra. “La ciudad es totalmente horizontal y tendida, lo que le da un formato visual mucho más alargado de esa expresión de Zamora”, destaca Pedrero.

BBVA posee un importante patrimonio artístico repartido por todo el territorio español, que se ha ido formando a lo largo de los 164 años de su historia. El apoyo de la entidad al patrimonio cultural a lo largo del tiempo ha contribuido “a incrementar y preservar el legado histórico artístico de nuestro país”, destacan fuentes del organismo. Entre las obras de la colección BBVA se encuentran un conjunto de gran formato, realizadas entre los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, que fueron encargadas directamente a artistas locales para ser expuestas en diferentes espacios del banco. Con esta cesión de la obra de Pedrero, BBVA quiere “poner al alcance de todos los zamoranos esta obra de su patrimonio artístico para su contemplación y disfrute”, desean desde la entidad.