“Ni héroe ni nada, solo soy un policía más, como cualquier otro, he hecho lo mismo que habría hecho un compañero”, entrar al Duero para salvar la vida a un ciudadano sin pensarlo dos veces. La tarde soleada del lunes invitaba al disfrute con la familia y, “aunque, casi nunca bajo al parque con mi hijo y con mi mujer, ese día fuimos hasta Los Pelambres”. Y cosas del azar, cuando el jefe de la Policía Municipal de Zamora, Tomás Antón, vigilaba a su niño y sus amigos para evitar que se aproximaran demasiado a la orilla del río, “ya les había reñido”, se percató de que una pareja gritaba alarmada a su lado. “Miré hacia el río y vi a un hombre que bajaba por el cauce, a unos 20 metros de la ribera, a una velocidad bastante importante”, explica Antón. El suceso congregó a varias personas al pie del río para animar al accidentado a mantener la calma y a dejarse llevar por la corriente.

El instinto policial saltó como un resorte: llamó de inmediato y directamente al cuartel de la Policía Municipal, mientras comenzaba a analizar la situación y a calcular cómo llevar a cabo el rescate. El hombre, vecino de la capital, “se esforzaba por mantenerse a flote, creo que le ayudó el “efecto boya” de la cazadora de cuero que llevaba puesta”, apunta el funcionario.

Antón en su despacho. | J.F.

El accidentado llegó a unos cinco metros de la orilla y pudo asirse a la rama de un árbol que caía hacia el cauce, a unos metros aguas abajo del merendero de Los Pelambres y a cuatro de la orilla. Para entonces, “yo ya había decidido entrar al Duero para auxiliarle, me había desnudando. Le veía cansado, tenía que sacarle, no podía permitir que le pasara nada”. Aunque ya oía las sirenas de la policía de fondo, fue entrando a pie al agua para comprobar la profundidad del río en ese tramo. Y resultó superar los dos metros, “enseguida me cubrió hasta el pecho y ya no pude dar otro paso sobre el suelo”. Un poco más allá, alcanzó al hombre, “el agua le llegaba por el cuello, noté que estaba cansado ya, no hablaba. Le sujeté y comencé a nadar hacia la orilla”, pero sin avanzar, por lo que “me giré y vi que él seguía sujeto a la rama, tuve que pedirle que confiara en mí, que la soltara, que yo le iba a sacar. Me miró y la soltó”, recuerda el jefe de la Policía Local. El vecino de la capital, que no sufrió ninguna herida, se encontraba ayer ingresado en el Hospital Virgen de la Concha, tras recibir los primeros auxilios en la misma zona de Los Pelambres.

El rescate no fue complicado, el varón, de 55 años, que solo presentaba signos de hipotermia por la baja temperatura del agua, también colaboró. Y para cuando alcanzaron la orilla ya estaban esperando policías municipales para ayudarles a salir del Duero. “Allí me encontré a policías municipales, una dotación de policías nacionales, a bomberos y a las ambulancias del 1 1 2”, esa colaboración es lo que “me enorgullece, somos compañeros y cuando nos ayudamos, actuamos juntos, todo va mejor”.