El lunes, Francisco Igea y Verónica Casado se sacaban de la manga un nuevo criterio —menos del 35% en las UCI de la región para poder desescalar— para dar “certidumbre” a la ciudadanía. El martes, dos consejeros, entre ellos el de Presidencia, Ángel Ibáñez (con declaraciones en Zamora) indicaban que las medidas excepcionales —cierre del interior de los bares, por ejemplo— decaerían en la madrugada del domingo al lunes con total seguridad. Y ayer Fernández Mañueco aseguró que no hay nada claro, que todo depende de los datos de las unidades de críticos y que el Consejo de Gobierno de hoy —jueves, el mismo Consejo que no iba a tomar medidas sobre la desescalada, algo que iba a suceder solo los lunes— puede dar por finalizadas las restricciones excepcionales. O no, dependerá de los datos. O puede que la decisión se posponga al lunes. “Está claro”, aseguró ayer el presidente pero, cuanto menos, parece que la cuestión es difusa. Desde luego, las certezas que el lunes intentaban dar Igea y Casado no aparecen por ningún sitio.

Así las cosas, a esperar. La ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos se ha convertido en el indicador más vigilado por parte de la Junta y los criterios marcados, poco a poco, se van cumpliendo. A fecha de ayer estaban ocupadas, como media en toda la comunidad, el 36,35% de las camas de UCI, ya muy cerca de ese 35% del que hablaron hace tres días Igea y Casado. Pero en Zamora todavía queda camino por andar. Siete personas permanecen ingresadas en críticos cuando, para cumplir los criterios, debe haber un máximo de cuatro pacientes en el servicio especial. Así las cosas, quedan aún por “liberar” tres camas. De conseguirlo, Zamora desescalará a comienzos de la semana que viene y los bares, gimnasios y casas de apuestas podrán retomar la actividad. Si no se consigue, y salvo cambio de baremos, habrá que esperar una semana más.

Lo que sí está claro es que los indicadores de la provincia mejoran a pasos agigantados. Con solo cinco casos nuevos notificados en la jornada de ayer la incidencia acumulada sigue a la baja. Zamora tiene menos de la mitad de los casos acumulados con los que cuenta Castilla y León —solo 66 por cada 100.000 habitantes frente a los 155 de la media regional—. Si se baja a cotas semanales la estadística es aún mejor, con 24 casos por cada cien mil personas en siete días. Todos los indadores, salvo el de la UCI, permitirían a Zamora haber comenzado la desescalada hace semanas. De hecho, la provincia se encuentra en niveles de riesgo medios o bajos en el resto de indicadores a tener en cuenta, incluida la ocupación en camas de planta por pacientes con coronavirus, que no llega al ocho por ciento del total. También es positivo el número reproductivo instantáneo del virus, que en la provincia se sitúa en 0,7, algo por debajo del 0,84 que marca la media regional y bastante alejado de la unidad, lo que indicaría que la pandemia está en remisión en la provincia de Zamora.

Por lo demás, y por lo que refiere a la campaña de vacunación, el jefe del Ejecutivo autonómico también exigió al Gobierno que multiplique por cuatro las vacunas que llegan a la comunidad, para poder acometer de forma masiva el proceso. En este sentido, recalcó la “esperanza” que abren estas vacunas, y recordó que Castilla y León está en la “vanguardia” en vacunación de sus ciudadanos.

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